Auto Afghan Skunk

Auto Afghan Skunk: una gran fumada cuando quieres relajarte y tomarte un descanso

La Auto Afghan Skunk es el resultado de combinar genética ruderalis y las variedades Skunk y Afghan. Esta cepa es bien conocida por su naturaleza versátil y resistente, convirtiéndola en ideal para la mayoría de entornos. La planta es muy resistente al moho y es sorprendentemente fácil de cultivar.

La Auto Afghan Skunk es una mezcla de genética índica, sativa y ruderalis. El elemento ruderalis de la planta es un factor que hace que sea bastante fácil de cultivar en comparación con otras variedades. Esto en parte se debe, a que el cultivador no necesitará cambiar el ciclo de luz para forzar a la planta a florecer. En su lugar, la Auto Afghan Skunk se encargará de empezar la fase de floración de forma automática.

La Auto Afghan Skunk es una cepa popular entre toda clase de cultivadores, con y sin experiencia. Su naturaleza versátil significa que se adapta excepcionalmente bien a condiciones de interior y exterior. Estas características hacen que la planta perdone fácilmente errores en su cultivo, ya que puede solucionar ciertos problemas por sí misma.

Los que decidan cultivar la Auto Afghan Skunk en exteriores pueden esperar que esta cepa alcance alturas de tamaño medio, permitiendo a la genética sativa mostrar todas sus cualidades. Aquellos que prefieran cultivarla en interior, pueden esperar alturas de hasta 1m. En estas condiciones, esta altura inferior en relación al aire libre, es ideal para áreas de cultivo mas pequeñas, o grandes áreas de cultivo en las que el cultivador está interesado en maximizar el espacio disponible.

Si decides cultivar la Auto Afghan Skunk al aire libre, podrás cosechar unos rendimientos que alcanzan o incluso superan los 100g por planta. En contraste, los cultivadores de interior, pueden cosechar en torno a 400g/m² al final de la fase de floración.

La Auto Afghan Skunk está lista para su cosecha alrededor de 70 días a partir de su germinación.

Los cogollos de la Auto Afghan Skunk son muy resinosos y tienen un contenido en THC que ronda el 17%. Los efectos de fumar cogollos de esta variedad son extremadamente relajantes. Además, desprenden un intenso sabor a hachís en el paladar.