La subespecie Cannabis indica está compuesta, en general, por plantas de baja estatura con una fase de floración rápida. Las variedades índicas también son conocidas por sus intensos efectos corporales o su colocón apalancador. Por tanto, estas variedades son ideales para quienes utilizan el cannabis para abordar problemas de salud concretos o fomentar el bienestar.
Las índicas proceden originalmente de dos climas muy diferentes: por un lado, los climas subtropicales, y por otro lado las regiones montañosas como el Hindu Kush, donde las temperaturas son moderadas y el clima es más bien duro.
La resistencia y robustez de estas variedades hace que sean especialmente adecuadas para los cultivadores principiantes, sobre todo porque suelen mantener un tamaño compacto. Otra característica de las índicas es que producen una buena cantidad de resina, así que son ideales para hacer hachís y otros extractos de cannabis.
Esta deliciosa variedad tiene un linaje impresionante, siendo la descendiente de la Cheese y la Blueberry. Como resultado, puede producir hasta un 19-20% de THC y ofrece una mezcla de aromas y sabores con toques a bayas, Skunk y queso. Esta dama azul también proporciona una fumada potente, relajada y perezosa. Su linaje, sus niveles de THC, su aroma y su colocón la convierten en una variedad extraordinaria.
Hablando del colocón, si buscas el famoso efecto apalancador, ¡este híbrido no te decepcionará! La dominancia de la Blue Cheese se mezcla con su parte sativa para crear una fumada profunda y meditativa, perfecta para relajarte y ver Netflix o un documental de naturaleza.
No deberías perderte esta exquisita variedad, que ha sido incluida varias veces en el Salón de la Fama de CannaConnection. Además de ofrecer un sabor a tarta de queso con arándanos, es una eterna favorita en los coffeeshops de Ámsterdam; y los holandeses saben un par de cosas sobre la buena hierba. Pero la Blue Cheese no solo triunfa entre los fumadores. Sus deliciosos sabores hacen que sea ideal para hacer comestibles, especialmente delicias dulces como galletas, pasteles y brownies.
Gracias a su breve fase de floración (7-8 semanas), cultivar esta planta es un proceso divertido y sin estrés. En interior, puedes conseguir alrededor de 450-500g/m². Al aire libre, esta variedad muestra su influencia sativa, alcanzando hasta 2m de altura y produciendo unos 500-550g por planta. Un inconveniente de la Blue Cheese es su alta proporción de hojas respecto a cogollos. Hay que defoliarla con regularidad, para que no sea un proceso agobiante en el momento de la cosecha.
Este famoso híbrido no solo ha ganado varios premios, sino que es un residente en el Salón de la Fama de CannaConnection, y continuamente aparece en las listas top 10 de variedades de dominancia índica. Por si eso fuera poco, sigue causando sensación en Francia, España e Italia.
La Girl Scout Cookies es una variedad súper potente procedente de la Costa Oeste de EE.UU., donde inmediatamente se convirtió en un éxito. Su fumada potente combina sensaciones de felicidad eufórica con una profunda relajación, unas características heredadas de sus padres (la OG Kush y la Durban Poison). Y luego está su sabor; es una delicia dulce y afrutada que te hará la boca agua.
Dado su impresionante contenido de THC, hasta un 28%, no es de extrañar que ofrezca un fuerte colocón. Esta experiencia no solo es potente, sino que combina lo mejor de una mezcla equilibrada de genética índica y sativa. Sin duda, una fumada impresionante.
Cultivar esta planta no es especialmente adecuado para los principiantes, pero en manos expertas puede dar grandes resultados. Sin embargo, incluso los novatos coinciden en que el esfuerzo extra que requiere ocasionalmente durante el cultivo merece la pena. Esta variedad fotoperiódica tiene una fase de floración de 8-9 semanas, tras lo cual debería estar lista para cosechar. Si la cultivas en exterior, deberías poder cosecharla a principios de octubre.
La Girl Scout Cookies produce cosechas de tamaño medio. En interior puedes conseguir fácilmente unos 400-500g/m². En exterior, puede producir más o menos la misma cantidad por planta, aunque si quieres exprimir hasta el último gramo, retrasa la cosecha hasta principios de octubre.
Esta variedad de dominancia índica es una gran favorita entre los fumetas. La Kosher Kush es un clásico que ha ganado muchas Cannabis Cups por ser una de las mejores variedades (gracias, en parte, a su 29% de THC). Es ideal para quienes buscan un colocón fuerte, relajado, somnoliento y alegre. Dada su potencia, es mejor consumirla cuando tengas la agenda libre, ya que su consumo excesivo puede provocar un efecto apalancador prolongado. En cuanto a su olor, prepárate para un penetrante aroma terroso, combinado con una mezcla especiada y afrutada.
Según el banco de semillas Reserva Privada, la Kosher Kush procede de las calles de Los Ángeles. Cuando se toparon con la variedad original, quedaron maravillados con ella y decidieron crear su propia versión. Sin embargo, decidieron llamarla Kosher Kush en lugar de su antiguo nombre (Jews Gold).
Es una planta fácil de cultivar, pero llegar a dominar su cultivo puede ser un reto. Dicho esto, incluso los cultivadores novatos pueden conseguir resultados decentes; simplemente hace falta un poco de práctica para que produzca los mejores resultados. La Kosher Kush tiene una excelente proporción de hojas respecto a cogollos, por lo que las plantas son muy fáciles de manicurar.
Una fase de floración de 9-10 semanas significa que esta variedad puede llegar a ser bastante alta, lo que es algo inusual para las variedades de dominancia índica. Por tanto, es recomendable aplicar técnicas de entrenamiento de alto estrés, incluyendo el topping (poda apical), para que alcance su potencial arbustivo. Produce buenas cosechas de cogollos aromáticos, que pueden llegar a unos 450-550g/m² en interior. De hecho, sus cogollos son súper olorosos, así que procura instalar un filtro de carbono nuevo para evitar que su olor llame la atención.
Quienes hayan probado la God's Gift (que significa "el regalo de Dios") no creen que sea un sacrilegio mencionar su nombre, porque nunca se toma en vano. Esta variedad de dominancia índica es un híbrido enviado directamente desde el cielo, bendecido con un sabor, un aroma y una potencia excepcionales. Es una hierba muy popular en California, siendo conocida por su potencia estelar.
Dado que muchos cultivadores desde la zona del Triángulo Esmeralda hasta San Francisco podrían haber cruzado versiones de la Purple y la Kush, encontrar una versión estable y rastreable de la God's Gift es un reto. Por suerte, pudimos encontrar una de las versiones más populares: una descendiente de la OG Kush y la Grand Daddy Purp. Al conservar los mejores fenotipos de ambas variedades ascendientes, la God's Gift es una valiosa incorporación a nuestra lista de las diez mejores índicas.
Sus cogollos tienen un sabor dulce y afrutado que recuerda a naranjas y limones. Manteniéndose fiel a su herencia índica, ofrece un colocón corporal fuerte y relajante, acompañado de un estado mental meditativo. Su nivel de THC (18-22%) también te eleva por las nubes rápidamente, así que prepárate para varias horas de gozo. Dada su gran potencia, no es una variedad recomendada para los consumidores novatos. Pero, si no puedes vivir sin el agradable encanto de la God's Gift, simplemente debes asegurarte de tomártelo con calma y saborear cada calada.
Al ser una planta baja y arbustiva, se puede cultivar fácilmente en interior, incluso en espacios limitados. Con una fase de floración de 8-9 semanas y unas cosechas de tamaño medio, no tendrás que esperar mucho para disfrutar de sus cogollos. Esta variedad nunca decepciona.
No hace falta ser Timothy Leary para apreciar el potencial verdaderamente triposo de la LSD. Esta hierba proporciona un colocón mental fuerte y trascendental, realmente sensacional. Prepárate para un efecto potente, descrito como eufórico, triposo y psicodélico.
Sin duda, el efecto cerebral de este híbrido es uno de sus rasgos más populares. Su colocón motivador también la convierte en una gran elección para los primerizos; aunque su efecto es potente, la experiencia no es tan abrumadora como para no poder captar la realidad.
Este galardonado cruce entre variedades clásicas (la Skunk #1 original y una índica afgana genuina) es una planta que se puede cultivar sin problemas y estará lista para cosechar tras una floración de tan solo nueve semanas. No se sabe mucho más sobre su linaje, pero cuando ves algunas de las cifras que aparecen a continuación, está claro que para crearla solo se utilizaron los mejores ejemplares.
La LSD no solo ofrece un cultivo sin complicaciones, sino también divertido, especialmente porque puede producir unas cosechas impresionantes. Sus cogollos tienen un intenso olor a almizcle, que recuerda al hachís de la vieja escuela. Pero esto no es de extrañar, teniendo en cuenta sus raíces afganas. Al fumarla, produce un colocón potente, profundo y eufórico.
Esta variedad también es muy resistente al moho y a las enfermedades comunes del cannabis, lo que facilita su cultivo, especialmente para los novatos. Además, puede producir alrededor de 500-600g/m² en interior, en condiciones adecuadas. Pero, como la mayoría de índicas, esta planta (con una genética 70% índica) no llega a ser muy alta, siendo una gran opción para quienes tienen un espacio de cultivo limitado. Al aire libre, podrás cosecharla a finales de septiembre.
La Purple Kush es una índica exquisita y visualmente impresionante, descendiente de una Hindu Kush y una Purple Afghan. Esta preciosidad de color morado contiene hasta un 20% de THC, ¡y es una maravilla en más de un sentido! Si te gustan los cogollos púrpuras, montones de resina espesa, y un efecto apalancador, la Purple Kush es ideal para ti.
Proporciona un colocón relajante que te deja pegado al sofá, combinado con una euforia profundamente satisfactoria. Es una variedad rica y terrosa, con un delicioso sabor afrutado a uvas que te hará la boca agua. Pero nada de esto resulta sorprendente, teniendo en cuenta que es casi 100% índica. Sin embargo, por este motivo, también es popular entre quienes buscan un colocón alegre y centrado, que provoque risas.
La Purple Kush produce unos cogollos compactos y muy resinosos, ideales para hacer hachís y extractos. Tendrás suficientes cogollos para ir experimentando, ya que sus cosechas pueden alcanzar los 500g/m² en interior y la friolera de 800g por planta en exterior. Si vas a cultivarla al aire libre, prepárate porque las plantas darán un buen estirón; en condiciones adecuadas, pueden alcanzar unos 2m de altura.
Afortunadamente, la Purple Kush crece en climas más fríos y regiones más norteñas, desarrollando sus impresionantes tonos morados durante la floración. De hecho, las temperaturas nocturnas más frías acentúan el desarrollo de sus colores púrpuras y rojos. Las plantas son unos arbustos gruesos, escarchados y morados, con una fase de floración de 8-9 semanas en interior. Al aire libre, estarán listas para cosechar a finales de septiembre o principios de octubre.
Este híbrido, 80% índica, tiene un linaje que se remonta a la década de los 70, un periodo de experimentación por parte de los cultivadores en el que se cruzaron variedades puras tailandesas, colombianas y mexicanas. Uno de los resultados de esta hibridación fue la aclamada Juicy Fruit. Más adelante, se cruzó una planta de la Juicy Fruit con una variedad landrace afgana dando lugar a la primera Blueberry de la historia, en 1979.
En los años 90, la Blueberry llegó a Europa, y a partir de su genética se crearon variaciones como la Blue Satellite, la Blue Moonshine y la Blue Velvet. Hoy en día, la Blueberry no ha pasado de moda y sigue siendo una gran favorita entre los cultivadores, los coffeeshops holandeses y los dispensarios de EE.UU.
Esta variedad no solo es bonita, sino que también es capaz de producir un 19-21% de THC. Su sabor dulce y afrutado (con un toque floral) recuerda a arándanos y frutas del bosque. Sus cogollos y hojas tienen un característico matiz azul y, como es de esperar, desprenden un intenso aroma desde que empiezan a florecer. A nivel medicinal, esta variedad es estupenda para conseguir un colocón relajante y duradero, con leves sensaciones de euforia.
Tal vez el único inconveniente de la Blueberry sea que puede ser un poco quisquillosa al cultivarla; concretamente, en lo que respecta al fertilizante elegido. Para sacarle el máximo provecho, tendrás que vigilarla atentamente, especialmente durante la transición a la floración. Pero, en circunstancias ideales, te recompensará con una cosecha de alta categoría. En interior, alcanza alturas de 50-100cm y tiene una floración de tan solo 8-9 semanas.
Esta variedad clásica y popular fue coronada por la High Times como una de las "25 mejores variedades de todos los tiempos" por un buen motivo: representa el espíritu del cannabis californiano, lo que la convierte en una opción fantástica para hacer cruces. Su versatilidad también la ha convertido en una de las variedades más vendidas en España e Italia.
Este fabuloso híbrido de dominancia índica desciende de un cruce entre la Chemdawg y la Hindu Kush. Dicho linaje da lugar a un colocón que evoca a la Chemdawg de efecto cerebral, a la vez que conserva un sutil colocón corporal.
La OG Kush es conocida por su potencia, su complejo aroma y su perfil de sabor. Su sabor llama la atención, con una mezcla de pino, tierra, diésel, especias y cítricos. Sus cogollos tienen entre un 19-25% de THC y hasta un 0,3% de CBD, ofreciendo un colocón corporal combinado con una radiante euforia.
Las plantas de la OG Kush son tupidas y rechonchas, con una altura máxima de 160cm y unas ramas fuertes y densas. Los cogollos son grandes y compactos, mostrando su color a lima. Te alegrará saber que no tendrás que esperar mucho para cosecharla, ya que su floración solamente dura unas 8 semanas.
En exterior puede alcanzar algo más de 2m de altura y debería estar lista a principios de octubre. Si quieres aumentar la cosecha, la OG Kush es una planta estupenda para el método ScrOG y el super cropping, pudiendo producir hasta 475g/m² en interior y aproximadamente la misma cantidad por planta en exterior.
La White Rhino ha ganado varias competiciones cannábicas, como la Champions Cup en 2005 y la Bio High Times Cannabis Cup en 1996. Gran parte de su éxito se debe a su singularidad, ya que sus hojas curiosamente puntiagudas y la forma de sus cogollos (que recuerdan a un cuerno de rinoceronte) le valieron el nombre de White Rhino (rinoceronte blanco).
Con un 20% de THC, esta hermosura crea un humo dulce y afrutado que provoca un colocón relajado y alegre. También es una buena opción para las personas que necesitan estimular un poco el apetito. A menudo, quienes no han probado esta hierba antes dan unas cuantas caladas y creen que su cogollo "no funciona", pero esto dista mucho de la realidad. Como un rinoceronte que va cogiendo velocidad, se toma su tiempo antes de golpearte a pleno galope con oleadas de euforia y adormecimiento.
Esta índica al 80% combina genéticas afganas, brasileñas y del sur de la India, ofreciendo resultados extraordinarios y sabores increíbles. Es una planta rechoncha y arbustiva, como la mayoría de variedades de dominancia índica, y es fácil de cultivar tanto en interior como en exterior. La White Rhino también responde bien a los métodos SOG y ScrOG, y ofrece cosechas enormes de hasta 900g/m² tras una floración de tan solo 9 semanas.
Reconocida como una de las mejores variedades OG Kush, ¡este es un magnífico híbrido autofloreciente! Es un cruce de la OG Kush (una gran favorita de la costa oeste americana) con genética ruderalis.
Sin embargo, debido a la gran cantidad de esquejes de OG Kush que hay en manos de los criadores, suele haber diferencias entre cada versión autofloreciente. Las OG Kush autoflorecientes de buena calidad deberían desprender un sabor especiado, cítrico y similar a combustible, combinado con un potente efecto noqueador. Y, por supuesto, deberían estar listas para cosechar en muy poco tiempo.
Respaldada por la genética OG Kush de primera calidad, es la variedad perfecta para relajarse tras un día largo o estresante, tanto en solitario como con amigos. Debido a sus potentes efectos, los fumadores novatos deberían ir con cuidado. Siempre y cuando la consumas con el debido respeto, te recompensará con una de las fumadas más agradables que existen.
Esta variedad, 75% índica, no es una planta exigente durante el cultivo. Por tanto, es una autofloreciente de primera categoría que puede ofrecer cosechas exquisitas sin demasiado esfuerzo.
En interior, mantiene un tamaño relativamente compacto y rara vez supera 1m de altura; en cambio, en exterior puede alcanzar cerca de 2m en climas más cálidos. Por lo general, tiene un ciclo de vida de 10-12 semanas en total. Asegúrate de regarla adecuadamente, ya que es una planta sedienta que prefiere un riego frecuente por goteo, en lugar de un gran riego cada pocos días.
La OG Kush Autofloreciente produce hasta 400-450g/m² en interior y unos 50-170g por planta en exterior.
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