Historia y orígenes del hachís


Historia y orígenes del hachís
Max Sargent

El hachís, un potente concentrado de cannabis hecho con la resina de sus tricomas, tiene miles de años de historia pero sigue reinventándose.

El hachís tiene una historia larga y misteriosa. Esta sustancia es un potente concentrado de cannabis que las culturas árabes han utilizado con fines religiosos y medicinales desde hace un milenio. Posteriormente la droga se extendería desde Europa hacia el resto del mundo, aunque hoy en día los europeos siguen siendo sus mayores consumidores.

El hachís (o hash) se obtiene a partir de la resina que se extrae de los tricomas de las plantas de cannabis. En otras palabras, es una forma muy potente de cannabis concentrado. La forma en que se produce es o bien mediante la purificación del agua, o bien presionando la sustancia hasta que forme bloques compactos. Se puede fumar en pipa, pipa de agua o en un porro, y además también se puede ingerir.

Al igual que el cannabis, el hachís tiene una historia única y muy variada, y además sigue teniendo un significado tanto político como espiritual. Su presencia en la sociedad o en la cultura siempre ha sido presagio de una revolución geográfica, social o política.

DÍAS CALUROSOS EN EL DESIERTO Y MIL Y UNA NOCHES (ÁRABES)

Días calurosos en el desierto y mil y una noches (árabes)

El hachís es una sustancia que tiene una historia de miles de años. Una de las primeras referencias literarias la encontramos en una de las historias clásicas de Las mil y una noches, “El comedor de hachís”. Este relato cuenta la historia de un hombre rico que se gasta toda su fortuna en mujeres.[1] Tras deambular sin una moneda en los bolsillos, se dirige a un baño turco. Se desviste, ingiere una bola de hachís y sueña que es rico otra vez. Al despertarse, descubre que la gente, al reconocerle, le señala y se ríe de él. Pero como no puede olvidar su experiencia con la droga, comienza a restituir el orgullo y la confianza en sí mismo.

Otras leyendas atribuyen el primer consumo de hachís a Haydar. Este monje de clausura fue también el fundador del sufismo, una de las ramas del Islam. Tras caer un día en depresión, se adentró solo en el campo. A su vuelta, sus discípulos se dan cuenta de que es un hombre nuevo. Ahora vuelve a ser alguien feliz y enamorado de la vida. Haydar atribuye su felicidad al hachís, por lo que sus discípulos tratarán de imitarlo. Haydar llegó incluso al punto de ser enterrado rodeado de plantas de cannabis. Los sufíes debían jurar que mantendrían en secreto el conocimiento, consumo y poder de esta droga.

Sea cual sea su origen, e independientemente de a quién se le atribuya su descubrimiento, el hachís se extendió por todo el mundo árabe alrededor del año 900 d. C. En la India también se usaba, pero lo denominaban “Bhang”. En Europa no apareció hasta el siglo XVIII, en el que las campañas napoleónicas utilizaron la droga en Egipto para apuntalar ejércitos agotados. A mediados del siglo XIX, los médicos occidentales comenzaron a explorar sus posibles usos medicinales. Figuras literarias de la época, como Charles Baudelaire y Victor Hugo, empezaron a experimentar con el hachís.

En 1857, el aventurero estadounidense Fitz Hugh Ludlow se colocó con hachís y experimentó estados de conciencia alterada. El título del libro que escribió relatando sus experiencias es un homenaje que hace referencia al cuento de Las mil y una noches.

La obra se convirtió en un éxito, agotando de inmediato sus cuatro primeras ediciones, y actualmente todavía se publica. El éxito del libro se relaciona con la popularidad del hachís como producto medicinal y droga recreativa. De hecho, nada más publicarse aparecieron las primeras “golosinas de hachís”, así como los primigenios “clubes de hachís” de los Estados Unidos. Y es que en 1876, los turistas podían adquirir hachís en la mismísima Exposición Universal de Filadelfia.

En los años 60, el libro también fue popular entre el movimiento contracultura.

¿TIENE ALGO QUE VER ESTA SUSTANCIA CON LOS ASESINOS?

¿tiene algo que ver esta sustancia con los asesinos?

Esta es una idea popular, pero que probablemente tiene sus raíces en una leyenda más que en la realidad. Hay quien sostiene que el nombre que le damos al hachís proviene de la palabra “asesino”. Esto se debe en buena medida a lo extraño que le resultaban a los occidentales del momento las culturas que consumían esta droga, comenzando por Marco Polo, que se la encontró en sus viajes durante el siglo XIV.

De hecho, es probable que se relacione el hachís con la violencia y con actos bélicos debido a los escitas. Este pueblo, de cultura nómada, se desplazó durante siglos por Asia Central y Europa. Sus guerreros empleaban el hachís como medicina y para prepararse para la batalla. Además también cultivaban plantas de cannabis, con las que luego comerciaban. No en vano, se dice que los escitas fueron los responsables de introducir el cannabis en Europa a través de los persas (o el Imperio Otomano), en el momento en que comenzó a convertirse en parte de la cultura popular de la época.

APLICACIONES Y DESARROLLOS MODERNOS

Aplicaciones y desarrollos modernos

Europa es, de largo, el mayor consumidor de hachís de la actualidad. La gran mayoría proviene de Marruecos, Afganistán y Turquía. Sin embargo, esto también está empezando a cambiar.

Hoy en día, conforme los avances y la investigación confirman la eficacia médica no solo del cannabis, sino de otras partes de la planta (incluidos sus tricomas), el hachís está consiguiendo abrirse paso en nuevo mercado.

No es difícil elaborar hachís en casa. Las técnicas de extracción modernas y los esfuerzos en el procesamiento medicinal es probable que creen una nueva época de popularidad para el hachís… y también fuera de Europa.

Referencias

  1. ^ The University of Adelaide, A plain and literal translation of the Arabian Nights Entertainments, recuperado December-07-2018
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Max Sargent
Max Sargent

Max lleva varios años escribiendo sobre el cannabis y los psicodélicos. Su objetivo es ofrecer opiniones profundas e informadas sobre la marihuana, con la firme convicción de que una actitud abierta y honesta hacia las drogas y las políticas sobre drogas puede mejorar la vida de muchas personas.