7 consejos para usar tu vaporizador eficientemente
¿Eres nuevo en el mundo de la vaporización? CannaConnection te ofrece estos sencillos consejos para usar tu vaporizador de la forma más eficiente.
La vaporización es la última tendencia entre la comunidad cannábica, que ofrece tanto a consumidores recreativos como medicinales una alternativa más segura y saludable a fumar un porro o un bong. Hasta Willie Nelson, la leyenda de la música country de 84 años de edad y reconocido activista del cannabis, ha cambiado los porros por el vaporizador.
Sin embargo, muchos novatos se ven intimidados por la complejidad de algunos de los vaporizadores disponibles actualmente en el mercado y tienen problemas para vaporizar apropiadamente. Para asegurarte de que sacas el máximo partido a tu vaporizador, es fundamental entender cómo funcionan los vaporizadores para luego seguir una serie de sencillos consejos la próxima vez que consumas hierba.
¿CÓMO FUNCIONAN LOS VAPORIZADORES? ¿POR QUÉ DEBERÍA INTERESARME VAPORIZAR?
Los vaporizadores están pensados para evitar la combustión. A diferencia de algunos métodos de consumo tradicionales, los vaporizadores usan las nuevas tecnologías para someter al cannabis a la temperatura ideal para extraer los principales compuestos de la planta (como cannabinoides y terpenos) sin llegar a quemar el material vegetal.
Los vaporizadores funcionan según los principios de calor por convección o conducción. Los vaporizadores de convección calientan el aire alrededor de un producto, mientras los vaporizadores por conducción funcionan calentando la superficie en contacto con el material. Los vaporizadores de conducción suelen necesitar ser agitados para evitar que quemen el producto de la cámara.
Dado que los vaporizadores no llegan a quemar el cannabis y producen vapor en lugar de humo, suelen ofrecer al consumidor de cannabis una alternativa más saludable a los métodos de consumo tradicionales. Independientemente de lo sano que pueda ser el cannabis respecto al tabaco u otros productos similares, inhalar humo te expone a muchos efectos adversos para la salud muy similares a los de fumar tabaco.
Al pasarte al vaporizador, también podrás extraer más cannabinoides, terpenos y otros compuestos de tus cogollos. El THC, el CBD y gran parte del resto de compuestos fundamentales del cannabis empiezan a evaporarse a temperaturas relativamente bajas (a partir de 150ºC). Los porros, bongs y blunts superan ampliamente estas temperaturas (alcanzando más de 1000ºC) y en realidad desperdician mucha hierba. Al usar un vaporizador, serás capaz de calentar el cannabis a la temperatura exacta que se necesita para extraer sus compuestos esenciales, lo cual te permitirá usar menos maría.
CONSEJOS PARA VAPORIZAR EFICIENTEMENTE
Usar un vaporizador puede requerir de un proceso de adaptación. Por suerte, con estos sencillos trucos deberías poder convertirte enseguida en un experto de la vaporización.
PRECALIENTA TU VAPORIZADOR
Para conseguir los mejores resultados con tu vaporizador, asegúrate de darle tiempo para que alcance su temperatura ideal. Piensa que la vaporización es como cocinar: nunca metes un pollo entero en un horno frío. Deja que tu vaporizador precaliente mientras seleccionas y preparas tu hierba y disfrutarás de caladas espesas y uniformes.
USA HIERBA SECA
Cuando usas un vaporizador, te interesa que tus cogollos tengan el nivel de humedad idóneo, igual que cuando fumas. Dado que los vaporizadores trabajan a temperaturas inferiores y no calientan el material con una llama, necesitarías una hierba ligeramente más seca de lo habitual.
Antes de cargar la cámara, asegúrate de que comprobar que la hierba no esté demasiado húmeda. Puedes hacerlo simplemente apretando un cogollo entre tus dedos y ver cómo responde al tacto.
PÍCALA FINA
Para conseguir los mejores resultados con tu vaporizador, es importante picar la hierba de forma adecuada. Te recomendamos utilizar un grinder de buena calidad, pero cualquier método es válido siempre que cree una picadura uniforme y de grosor medio.
No te pases y piques tu hierba en un polvo demasiado fino, ya que no se vaporizaría bien. Tampoco intentes meter un cogollo entero en la cámara porque no conseguirás resultados aceptables. Tu hierba tendrá que estar picada con una consistencia homogénea para garantizar una vaporización homogénea.
LLENA BIEN LA CÁMARA
Un error que cometen muchos consumidores novatos es no llenar la cámara con hierba suficiente. Tendrás que asegurarte de que la cámara de calentamiento está llena y compacta para que produzca caladas espesas y potentes.
La cantidad de hierba que puedes meter en tu vaporizador depende lógicamente del tamaño de su cámara. Una buena regla general es llenar la cámara hasta el máximo y luego compactar el material cuidadosamente con tus dedos. Simplemente recuerda que los vaporizadores pueden ser bastante frágiles así que trata el tuyo con mimo.
INHALA SUAVE Y PROLONGADAMENTE
Ten en cuenta que vaporizar no es lo mismo que fumar un canuto o una pipa. No des caladas profundas y rápidas como haces con un bong. Tampoco intentes dar pequeñas caladas flojas como cuando te estás acabando un porro. Sólo relájate e inhala suave y prolongadamente, teniendo cuidado de absorber el vapor hacia tu boca y tus pulmones.
Por último, intenta evitar mantener el vapor en tus pulmones durante el máximo tiempo posible para "colocarte" más. Un estudio llevado a cabo en Australia señalaba que la mayor parte del THC se absorbe en los primeros segundos de inhalación, así que no hace falta que hinches como un pez globo.
DESCUBRE TU TEMPERATURA
Este es probablemente el factor más importante cuando se trata de vaporizar eficientemente. Tener el ajuste de temperatura de tu vaporizador demasiado bajo producirá un vapor ligero con concentraciones mínimas de cannabinoides y terpenos. Mientras tanto, temperaturas elevadas conllevan el riesgo de quemar la hierba y exponerte a las mismas sustancias cancerígenas de un porro o un blunt.
La mayoría de cannabinoides empiezan a vaporizarse a alrededor de 150ºC, mientras el material vegetal de la flor del cannabis inicia la combustión en torno a los 210ºC. La temperatura ideal exacta para vaporizar es un tema muy debatido, pero nuestra sugerencia es quedarse en aproximadamente 170ºC.
Algunos expertos sugieren elevar estas temperaturas un poco más. Recomiendan 210ºC como la temperatura de vaporización perfecta. En este punto deberías conseguir un equilibrio ideal entre la extracción de terpenos y cannabinoides y la producción de un vapor suave, espeso y placentero.
A esta temperatura, sin embargo, podrías correr mayor riesgo de quemar tus cogollos. Si de verdad te preocupa tu salud y quieres minimizar tu exposición al humo lo máximo posible, nuestro consejo es quedarte en 170ºC.
Cuando decimos que el cannabis inicia su combustión a unos 210ºC no significa que se convierta en ceniza en cuanto superas esa barrera. Cuando te mantienes entre 150ºC y 210ºC, la hierba tendrá el mismo aspecto al acabar de vaporizar. Seguirá siendo verde, por ejemplo. Pero cuanto más eleves la temperatura, más empezará a parecerse a la ceniza. Primero adoptará colores más marrones. Luego simplemente empezará a arder.
Si sigues estas pautas respecto a la temperatura, podrás conseguir un vapor rico y potente mientras maximizas la extracción de cannabinoides de tus cogollos. Mientras el humo de un porro de marihuana contiene un menos de un 15% de cannabinoides y está cargado de sustancias cancerígenas, el vapor de un vaporizador puede contener hasta un 95% de cannabinoides y sólo un 5% de sustancias cancerígenas. Por eso representa una forma más pura y saludable de consumir cannabis.
LIMPIA TU VAPORIZADOR
Por último, pero no por ello menos importante, uno de los factores clave para vaporizar de forma eficiente es limpiar y cuidar tu vaporizador a menudo. Asegúrate de leer el manual de instrucciones de tu vaporizador con atención y seguir las indicaciones para su limpieza. Esto te ayudará a asegurarte de que tu vaporizador funciona correctamente y produce un vapor limpio y suave.
Busca también la información referente al mantenimiento de tu vaporizador. Puede que algunas partes necesiten ser sustituidas con cierta frecuencia o ser sometidas a una limpieza especial cada pocos meses. Si no encuentras tu manual de instrucciones, contacta con el fabricante de tu vaporizador.