La importancia de la luz para el cultivo de cannabis
La luz es esencial para la fotosíntesis, un proceso que utiliza el cannabis (y la mayoría de las plantas) para crecer y desarrollar un sistema de raíces y un follaje sanos. Y también cogollos grandes y gordos...
Sin el sol no habría vida en la Tierra. Las plantas prosperan con la luz del sol y la necesitan para crecer y completar su ciclo de vida. Y con el cannabis ocurre lo mismo.
La luz es esencial para la fotosíntesis, un proceso que utiliza el cannabis (y la mayoría de las plantas) para crecer y desarrollar un sistema de raíces y un follaje sanos. Y también cogollos grandes y gordos...
La fotosíntesis tiene 3 componentes clave: energía lumínica, que se obtiene a través de las hojas de la planta; agua, a través de las raíces, y dióxido de carbono, que toma del aire. Las plantas utilizan la energía que absorben para metabolizar el agua y el dióxido de carbono, que luego utilizan para crecer.
Sin luz, las plantas no podrían hacer la fotosíntesis y acabarían muriendo. Por lo tanto, es esencial que tus plantas reciban mucha luz a lo largo de todo el día, para que puedan desarrollarse bien y producir flores.
Además de para la fotosíntesis, la luz también es muy importante para mantener a las plantas en la etapa vegetativa del crecimiento, y/o para obligarlas a florecer cuando estén listas (o lo estés tú). El cannabis es una planta fotoperiódica y, por lo tanto, florecerá cuando empiece a recibir 12 horas ininterrumpidas de luz y 12 horas de oscuridad total. En ese momento, las plantas "creen" que se acerca el final del verano, que es cuando florecen de forma natural.
EL ESPECTRO LUMÍNICO
Para entender mejor cómo utilizan la luz las plantas de cannabis, debemos comprender el espectro lumínico.
Básicamente, hay 7 tipos de luz que conforman el espectro visible: violeta, añil, azul, verde, amarillo, naranja y rojo. Estos tipos de luz suelen estar dentro de una longitud de onda de entre 380nm y 750nm. La luz de entre 280 y 315nm se conoce como UVC y, además de causar quemaduras, se cree que aumenta el nivel de THC de las plantas de cannabis.
La tasa de fotosíntesis es más alta con la luz roja, seguida de la luz azul, y finalmente de la luz verde. Lo ideal es usar distintos tipos de luz durante la fase vegetativa y de floración del ciclo de vida del cannabis:
• Fase vegetativa: para el crecimiento vegetativo, es mejor utilizar la luz azul (que generalmente se sitúa en torno a los 400-500nm). La luz azul ayuda a que las plantas desarrollen muchas hojas sanas y tallos fuertes y gruesos. El uso de luces intensas en una etapa tan temprana hará que las plantas se estiren mucho y resulten difíciles de manejar.
• Fase de floración: durante la fase de floración, se recomienda utilizar la luz roja (por lo general, entre 620 y 780nm). Estas luces ayudan a que las plantas desarrollen cogollos grandes e imitan mejor el ángulo natural de la luz del sol durante finales de verano/comienzos de otoño.
DISTINTOS TIPOS DE LUCES DE CULTIVO
Si estás planeando un cultivo de interior, es probable que sepas que hay una gran variedad de herramientas disponibles. A continuación hay una lista de los tipos de luces de cultivo utilizados más habitualmente por los cultivadores de cannabis:
• Luces fluorescentes: las luces fluorescentes tienen una potencia inferior a la mayoría del resto de luces. Generalmente están diseñadas para cultivar plantas que necesitan una intensidad luminosa menor que el cannabis. Hay dos principales tipos de luces fluorescentes que se pueden utilizar para cultivar: las luces fluorescentes compactas o CFL (lámparas pequeñas y "retorcidas") y las T5s (lámparas cilíndricas largas y alargadas que suelen venir con un panel).
Las luces fluorescentes son estupendas para cultivadores con un presupuesto ajustado, o que no disponen de mucho espacio, ya que son fáciles de instalar y no suelen ocupar tanto espacio como otros tipos de luces. Lamentablemente, una vez que las plantas florecen, las luces fluorescentes ya no sirven, aunque pueden ser útiles para las fases vegetativa y del plantón.
• Luces HID: las luces de descarga de alta intensidad son otra opción muy popular entre los cultivadores de cannabis. Están equipadas con bombillas grandes que suelen tener diferentes formas y diseños. Aunque emiten mucha luz de gran calidad y pueden producir excelentes resultados, se calientan mucho.
Por eso, muchos cultivadores que utilizan luces HID también tienen instalados sistemas de extracción, para poder sacar el calor del cuarto de cultivo. Algunos tipos comunes de luces HID son las de alta presión de sodio (HPS) y las de halogenuros metálicos (CMH).
• Luces LED: las luces LED de cultivo son mucho más potentes que las fluorescentes y las HID, pero también son (generalmente) mucho más caras. Las luces LED son más frías que las HID, y las más profesionales vienen con algún tipo de sistema de refrigeración integrado.
A menudo son fáciles de instalar y suponen un riesgo mucho menor para tus plantas. Las LED también son muy penetrantes, lo que significa que no hay que moverlas tan a menudo como las HID o las fluorescentes, lo cual te ahorra un poco de trabajo físico.
LA CANTIDAD ADECUADA DE LUZ PARA TU ENTORNO DE CULTIVO
Cuando las plantas de cannabis terminan su fase de plantón y empiezan la etapa vegetativa, necesitan al menos 250W/m² de luz para crecer adecuadamente. Para un crecimiento mayor y más rápido, tendrás que superar esta cantidad y proporcionarles unos 400-600 vatios por m². Si quieres llevar las cosas al máximo nivel, cultiva con lámparas de 1000 vatios por metro cuadrado.
Si cultivas marihuana en interior con este tipo de luces, deberás vigilar que no aumente demasiado la temperatura. Estas lámparas generan mucho calor, sobre todo las de 600W y 1000W, y podrían convertir tu cuarto de cultivo en una sauna.