El curado de cogollos de marihuana al agua
Los tarros de vidrio no son la única forma de curar cogollos. ¡Descubre el curado al agua en CannaConnection! Parece una locura, pero funciona muy bien.
Curar tu material de forma apropiada puede suponer la diferencia entre una buena hierba y una hierba fantástica. La técnica de curado habitual consiste en usar tarros de vidrio. Pero hay otro método para curar cogollos: el curado al agua. Este método es más rápido y puro que el típico curado al aire en tarros o bolsas, aunque también podría conllevar algunos efectos inconvenientes.
En lugar de dejar que las plantas se descompongan y acumulen sales y azúcares, se disuelven en agua, lo que se conoce como curado al agua. La idea detrás de esto es que los sólidos no deseados de los cogollos se disuelvan en el agua, mientras el THC y las glándulas productoras de resina son insolubles.
El agua de grifo corriente y filtrada se puede utilizar para este método, pero se recomienda usar agua de ósmosis inversa, ya que acelera el proceso de ósmosis que provoca la disolución. La ósmosis es el mecanismo por el que se distribuyen sustancias solubles en una solución a través de una membrana semi-permeable (en este caso, la superficie de las hojas). Lo único que necesitas es sumergir tus cogollos en agua durante unos 5 días y dejar que el agua extraiga las sustancias no deseadas mediante la ósmosis.
El resultado final es una hierba un poco más desagradable a la vista, pero que pega más fuerte y ofrece una de las fumadas más suaves que habrás probado en tu vida. Cuando decimos desagradable a la vista, nos referimos a que el cannabis curado al agua tiene un aspecto menos atractivo y apenas desprende olor o sabor, ya que las sustancias responsables de las cualidades organolépticas se habrán disuelto.
Esto puede ser un obstáculo insuperable para muchos, ya que el aroma y el sabor de la hierba juegan un papel clave en su valor de mercado y la experiencia de fumada. Sin embargo, al no desprender apenas olor, el cannabis curado al agua se podría fumar en público o de forma más discreta, ya que pasará casi desapercibido. Además, como mucha de la materia vegetal habrá desaparecido, la fumada es más suave y saludable, con más potencia por gramo.
CÓMO HACERLO
A continuación describiremos la manera más sencilla de curar tus cogollos al agua. Si añades el secado posterior, tardarás aproximadamente entre 5 y 8 días en poder disfrutar el producto final, que es mucho menos que los 20-30 días que tendrías que esperar con el curado al aire.
MATERIAL NECESARIO
- Cogollos recién recogidos
- Agua fresca (preferiblemente filtrada con ósmosis inversa)
- Tarros (o cuencos)
EL PROCESO
Manicurar tus cogollos, retirando tallos y hojas de abanico, es opcional, aunque con los restos de poda curados obtendrás mejor hachís y mantequilla para tus recetas, así que tú decides. Sumerge los cogollos en los tarros llenos de agua. Cierra los tarros o usa algo pesado para mantenerlos sumergidos en todo momento. Mantén el agua a una temperatura entre 18 y 24 grados centígrados para conseguir la velocidad de ósmosis idónea. Cambia el agua una vez al día.
A medida que el proceso de ósmosis va avanzando, el agua se satura con sales y azúcares. Necesitas proporcionar agua fresca a tus cogollos para mantener la presión de ósmosis máxima y que puedan extraerse las partículas sólidas con más eficacia. Para obtener mejores resultados puedes incluso cambiar el agua varias veces al día. Tras entre 3 y 7 días, el agua estará cada vez más limpia, hasta que apenas no queden sólidos por extraer, señalándote que el proceso de curado al agua habrá terminado. Cuelga los cogollos a secar como habitualmente y eso es todo.
Como comentario adicional, los cogollos curados al agua se pueden secar rápidamente sin provocar los típicos efectos secundarios, como una fumada muy fuerte o dolores de cabeza.
El peso seco del producto final será menor que el obtenido con otros métodos, porque de esta forma se extraen más sustancias. Otra gran aplicación del curado al agua es sanear los cogollos afectados por hongos. Sigue los mismos pasos que acabamos de explicar y eliminarás cualquier rastro del problema, salvando tu material. Lo mismo se podría hacer con hierba que no se había secado y curado correctamente o a la que no se le habían lavado las raíces. De esta forma, al menos conseguirás tener un material "fumable".
El curado al agua es otra técnica que parece desafiar al sentido común, pero ofrece grandes resultados. Te recomendamos que la pruebes, ya que el cultivo de cannabis puede ser un proceso creativo en el que pruebas, fallas y aprendes mucho con cada plantación. Así que, ¿por qué no coges unos cogollos frescos y sorprendes a tus amigos metiéndolos en agua? Vale la pena probarlo.