El arte de fumar marihuana con un chalice
Originario de Jamaica y de la religión Rastafari, el chalice es una manera de vaporizar marihuana con cocos, palos de bambú y brasas, en lugar de electricidad. Prueba el chalice como método de consumo único, potente y cargado de espiritualidad.
Muchos rastafaris fuman porros, pero otros creen que el humo compromete la nitidez y pureza de los templos y espacios religiosos. Estos rastafaris a menudo recurren al chalice, un dispositivo que podría haber sido el primer vaporizador de hierba de la historia.
Fumar marihuana es muy popular en todo el mundo, pero no hay muchos sitios en los que la cultura del cannabis esté tan arraigada como en Jamaica. Jamaica es el hogar del Rastafarismo, un movimiento religioso del siglo XX que trata a la marihuana como una hierba sagrada. Creen que fumar hierba fomenta la paz, el amor, y un nivel de introspección que actúa como puente hacia lo divino.
Las personas que no son rastafaris pueden recurrir al chalice por diferentes razones. La marihuana se puede consumir de varias formas, pero quemar el material vegetal para fumarlo es perjudicial para los pulmones. Muchos consumidores de cannabis se están pasando a otros métodos de ingestión como los comestibles, las infusiones y, cada vez más, los vaporizadores. Y si vas a vapear, ¿por qué no hacerlo con la herramienta con más carácter e historia? el chalice de vapor jamaicano.
¿QUÉ ES UN CHALICE?
El chalice es un vaporizador no eléctrico con tres componentes principales. El primero es un bol elaborado con un coco vacío con dos orificios taladrados. Este se conecta al kutchie, o recipiente para la hierba, hecho de cerámica y con un pequeño filtro circular que encaja en su parte superior. El filtro también está hecho de cerámica y tiene unos agujeros perforados.
El kutchie y el bol se conectan mediante una caña corta de bambú. El último componente es el tallo, hecho con una caña más larga de bambú, que sale por el segundo agujero del coco.
¿CÓMO SE UTILIZA EL CHALICE?
Primero, se llena el coco hasta la mitad con agua. Entonces, se coloca el cannabis en el kutchie, que tiene capacidad para unos tres gramos. Muchos jamaicanos añaden menta, eucalipto o romero para que el vapor sea más aromático. Una vez que esté lleno el kutchie, coloca la tapa para cubrir la hierba, y ya está listo.
El consumidor pone brasas calientes sobre la tapa del kutchie para calentar el cannabis sin quemarlo. Esto produce un vapor que llena el bol y que se inhala, haciendo que el vapor avance por el tallo hasta llegar a los pulmones.
El chalice es una estupenda forma de consumir marihuana al estilo de la vieja escuela sin inhalar nada de humo. Pero ten cuidado, porque pega muy duro. Si no estás acostumbrado, ¡podrías acabar teniendo una experiencia religiosa!