¿Qué es el charas? Una breve historia y cómo hacerlo tú mismo
Es muy probable que hayas oído hablar del shatter y el BHO, dos de los concentrados de cannabis más famosos del mercado, pero ¿te suena el charas, el extracto más antiguo de la historia?
Para algunas personas, los concentrados de cannabis pueden parecer una forma de consumo relativamente nueva, pero la verdad es que han existido y se ha hablado de ellos durante siglos. Uno de los tipos de extracto más antiguos conocidos por la humanidad, y todavía muy apreciado hoy en día, es el charas. El charas es casi idéntico al hachís, excepto en que está hecho de una manera diferente.
El charas en la India tiene un valor sagrado muy fuerte, lo utilizan en las prácticas modernas y religiosas, y también es famoso en los países vecinos. Por lo general, el charas tiene un contenido de THC muy elevado, un sabor delicioso y unos efectos muy potentes. Pero el charas es mucho más que eso. Si quieres ensuciarte las manos y conocer la historia del charas, cómo se consume e incluso cómo se hace, aquí tienes un análisis en profundidad sobre el "oro negro" del Himalaya.
¿QUÉ ES EL CHARAS EXACTAMENTE?
Aunque el charas y otras formas de hachís tienen mucho en común, el charas es único en sí mismo. Su proceso de elaboración es el mismo que cualquier extracto en el sentido de que implica la separación de los tricomas (esas capas pegajosas y escarchadas que brillan en las flores de cannabis) del material vegetal.
Sin embargo, para hacer charas se usa un método muy específico, ya que está hecho solo con cogollos todavía vivos, mientras que otras formas de hachís usan flores secas ya cortadas, y se puede hacer a través de un montón de métodos diferentes.
Hay muchas historias sobre la manera de hacer charas tradicional, pero no podemos confirmarlas, ya que puede que sean leyendas urbanas. Entre ellas, se cuenta que habría que caminar a través de las plantas vestido de cuero, o montar a caballo entre las plantas como Dios te trajo al mundo. A continuación, habría que raspar la resina adherida al cuero, o en el segundo caso, adherida al caballo y a tu cuerpo desnudo.
Sin embargo, la forma más común de hacer charas está estrictamente limitada a una elaboración manual.
En la historia del hachís, el término "charas" solía definir todas las formas de resina de cannabis compacta. Pero con el tiempo esto ha cambiado y ahora se utiliza el término "hachís" para hablar de las formas de resina de cannabis compacta, y el término "charas" se refiere a charas, y punto.
En cuanto a cómo consumir el charas, que normalmente se vende en bolas o barras, según la tradición se fuma en chillum. Pero si también fumas tabaco, puedes hacerte un spliff o un blunt con charas. De cualquier manera, ten cuidado. El charas suele ser muy potente y podrías llegar a tener una experiencia psicodélica.
Puede que te provoque alucinaciones y alteraciones de conciencia, incluso dificultad en el habla, ataques de hambre y que los ojos se te pongan muy rojos y con sensación de pesadez. Pero al mismo tiempo, sus efectos son cálidos y relajantes, como cuando tienes un sueño placentero.
LOS ORÍGENES Y LA HISTORIA DEL CHARAS
El origen del charas está disperso por toda la India, pero en especial en el Valle de Parvati y en Cachemira. En estas zonas abundan las plantas de cannabis silvestres, por las laderas de la cordillera del Himalaya, lo que atrae a criadores, buscadores de variedades y entendidos del cannabis de todo el mundo. El charas también se encuentra fuera de la India, en países como Pakistán y Nepal, pero el más famoso es el de la India.
En las regiones mencionadas anteriormente, al charas se le dan diferentes nombres, pero los más famosos son crema malana y Kerala Gold. El valle de Parvati es el hogar de la crema malana, un concentrado muy caro y rico en THC. En cuanto al Kerala Gold, también conocido como Idukki Gold, no es tan fácil de encontrar hoy en día.
Es muy frecuente fumar charas en prácticas espirituales y religiosas en todo el mundo, especialmente en la religión hindú.
Los shaivs, una secta hindú, usan el charas en sus rituales para adorar al Dios Shiva, el tercer dios de la "Trimurti" que representa la muerte y la destrucción.
El consumo de charas es muy habitual entre los seguidores del shivaísmo (llamados "shaivs" o "shivaístas") y lo hacen con un chillum hecho de arcilla después de recitar los muchos nombres de Shiva, incluidos Viswanatha, Mahandeo y Mahadeva, por nombrar solo algunos. Se sabe que el Dios Shiva es un amante del cannabis, razón por la cual la hierba desempeña un papel tan importante en la práctica de la religión.
CÓMO HACER TU PROPIO CHARAS
Si estás interesado en probar suerte con el charas, puedes intentar hacerlo tú mismo. Pero ten cuenta que no es fácil, ni mucho menos. No solo es un lío, sino que además requiere paciencia y esfuerzo, y desgraciadamente, una tonelada de hierba. Se necesita muchísima resina, así que prepárate para llenarte las manos de una sustancia marrón oscura superviscosa.
Pero antes de ensuciarte las manos, aquí tienes los materiales necesarios: recortes de flores de cannabis con algún tallo de una planta que no esté del todo lista para la cosecha, pero sí cerca de la madurez, y las manos recién lavadas. La planta está lista para hacer charas cuando las semillas están maduras y salen visiblemente de la planta misma. Puedes comprobarlo sacando una semilla y verificando si el caparazón es duro y lo suficientemente oscuro.
Por supuesto, este método a la antigua usanza funciona bien para las razas locales tradicionales que originalmente se usaban para hacer charas, pero si solo se cultivan plantas femeninas para cosechar los mejores cogollos, no habrá semillas. En este caso, deberás usar las plantas que están aproximadamente a una semana de la cosecha. También se pueden utilizar cogollos maduros, pero se necesitará un poco más de esfuerzo para hacer charas.
Cuando te laves las manos, procura no utilizar jabones perfumados, y mejor si son orgánicos. Una vez que tienes todo lo que necesitas y tus manos están frescas y limpias, puedes empezar a preparar charas.
Primero, coge un par de cogollos y masajéalos lenta y suavemente entre las manos. La clave es dedicarle el tiempo que necesite y no presionar demasiado, de lo contrario perderás resina. Para tener más cuidado, intenta apretar los cogollos contra la palma de tu mano con el pulgar para extraer más aceite, en lugar de usar la fuerza de la mano entera.
Ten en cuenta que mientras manipulas los cogollos, sentirás que la resina rezuma y será increíblemente pegajosa, casi como el alquitrán. Eso es lo que llamamos charas. Cuando estés satisfecho con lo que hayas sacado, puedes empezar a formar tu bola o barra de charas. Para hacerlo, puedes seguir frotándote las manos juntas, hasta que el charas coja la forma deseada.
Cuanto más tiempo dediques al proceso, mejor será tu charas, así que no tengas prisa, ponte Netflix y tómate tu tiempo. Cuando la bola o barra de charas está completa, puedes probarlo en ese mismo instante, pero asegúrate de envolver lo que te sobre de forma segura, con film transparente para que no se seque.
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