10 consejos para mantener tu hierba lejos de los niños
Tanto si consumes cannabis con fines medicinales como recreativos, es muy importante guardarlo en un lugar seguro, sobre todo si tienes niños pequeños. Aunque no sea intencionado, sus mentes curiosas tienden a descubrir aquello que no quieres que descubran. Evita cualquier accidente con nuestros 10 consejos para mantener tu hierba a salvo.
No hacen falta 862 millones de visitas (y subiendo) para darnos cuenta del atractivo que supone para todo el mundo los bebés mordiendo el dedo de su hermano o haciendo otras cosas graciosas. Su corta edad provoca esa inocencia que hace que los niños coman arena o chupen limones de forma realmente cómica. Aunque esa parte cómica se puede perder si cambiamos el limón por un comestible de cannabis.
La curiosidad de los niños es maravillosa pero también insaciable. Así que mantenerlos alejados de la hierba, comestibles, concentrados, medicinas y demás es una tarea vital.
Conoces a tus hijos mejor que nadie, y por eso sabrás cuál es la mejor manera de evitar que encuentren aquello que no deben. Pero con la intención de ayudar un poco a todos los padres amantes de la hierba, hemos recopilado 10 consejos para que asegures tus reservas y las mantengas fuera del alcance de los niños.
1. BAJO LLAVE
Suena obvio, pero seguramente no te vayas de casa sin echar el cerrojo a la puerta, así que ¿por qué dejar la marihuana por ahí? En el peor escenario, puede que tu hijo encuentre el contenedor y se quede intrigado por lo que hay dentro, pero no podrá abrirlo sin una llave.
A menos que su ingenio haya llegado a un nuevo nivel, un recipiente de almacenaje con cerradura debería ser suficiente para detener cualquier amenaza externa.
2. ESCONDITES ASTUTOS
Los niños pueden ser curiosos, pero todavía no cuentan con la sabiduría de los adultos (bueno, de la mayoría de adultos). Los escondites especialmente diseñados en casa pueden ser una buena opción para mantener nuestras cosas de valor lejos de esos deditos recubiertos de chocolate. Incluso hay dispositivos que imitan a los enchufes de corriente. Un simple giro de un tornillo, y el panel frontal se soltará para revelar nuestro escondite secreto.
3. EDUCACIÓN
¡Educación, educación, educación! Tal vez no sea el mejor mantra para que un niño de dos años aprenda, pero educar e inspirar a los niños pequeños sobre el uso de la marihuana, tanto a nivel medicinal como recreativo, puede ser un tema abierto al debate.
Esto no significa permitirles el acceso a la marihuana desde una edad temprana, pero si los niños entienden el impacto y las repercusiones de esta sustancia, entonces no habrá necesidad de tener escondites elaborados. Decidirán dejar la hierba en paz, igual que hacen con el alcohol. Hay varios libros útiles en el mercado que te pueden ayudar a educar a los niños sobre el tema del cannabis.
4. LAS ALTURAS SIEMPRE FUNCIONAN
Busca el armario más alto que tengas, como ese en el tienes que ponerte de puntillas para llegar a su parte de atrás. Añade la altura de un taburete. Puedes guardar tu cannabis en los lugares con esa altura.
Los directores de Solo en casa no inventaron el guion por sí solos. Los niños siempre encuentran una forma de superar obstáculos, incluso si significa crear una montaña de Lego en una silla, en un taburete o en una caja en el garaje.
5. PREPARA UNA TRAMPA
Esconderse a plena vista suele ser una buena opción. Como muchos adultos, si eres sincero y abierto sobre el consumo de cannabis, tus hijos sabrán que hay algo en algún lugar de casa. Si preparas una trampa, la atención se desviará del artículo principal. Este señuelo se puede preparar con cualquiera de los métodos que mencionamos antes, pero cuando lleguen a él, su interés debería desvanecerse.
6. DISFRAZA EL OLOR
Aunque nos suelen gustar las variedades más aromáticas, esto sería como disparar una bengala en el cielo para atraer a tus hijos. Incluso si cuentan con la ayuda de una mascota, el olor de la hierba será más que suficiente para que se sientan tentados de encontrarla. Escondas donde escondas tu marihuana, asegúrate de guardarla en un recipiente hermético al vacío.
7. LEJOS DE CASA
Una opción drástica, pero también una de las más seguras. Esto no significa que tengas que viajar a otra ciudad cada vez que quieras fumar, hazlo en el garaje o en un cobertizo. Estas localizaciones suelen contar con escondrijos altos o difíciles de encontrar.
También puede ser una buena opción para ocultar el olor a hierba para que no sea un camino de migas de pan hacia tus reservas. Lo único que tienes que hacer es pensar en una excusa decente para pasar unas horas en el garaje cada día.
8. USA UNA CAJA FUERTE
Es el siguiente paso a la opción bajo llave. Si tienes hijos mayores, el arte de forzar cerraduras o hasta usar la fuerza bruta para entrar a tu contenedor cerrado puede hacer que reconsideres tu estrategia. Hasta las cajas fuertes más pequeñas y baratas son una forma segura de almacenar nuestra mercancía. Y no tiene por qué ser solo para la hierba, puede ser el momento perfecto de guardar otras propiedades valiosas.
Recuerda guardar la combinación en un sitio seguro, de lo contrario descifrar la caja fuerte será algo simple para esas mentes curiosas de la familia.
9. EN EL COCHE
Si no tienes un lugar alto, un garaje o cualquier otro sitio para almacenar tus reservas, lo mejor es el coche. Seguro cuando no estás en él, es improbable que los más pequeños puedan meterse dentro de tu coche para explorar la guantera y los distintos sitios disponibles para guardar tu cannabis.
Y hasta cuando estén en el coche, sus asientos de seguridad y los cinturones los mantendrán en su sitio y no podrán ni investigar ni descubrir tu preciado tesoro.
Depende de donde vivas, por supuesto, pero no te recomendaríamos viajar con hierba cuando estás conduciendo con niños en el coche.
10. EVITA LA COCINA
Este último consejo puede ayudarnos tanto a adultos como a los niños. Con el auge de los comestibles, puede haber comestibles de cannabis con un envoltorio que se parece al de los dulces o pasteles normales. Teniendo en cuenta que la cocina es el lugar la comida, será el primer lugar donde los niños mirarán cuando tengan hambre (que casualmente es la mayor parte del tiempo).
Ya sea mediante el trasvase de estos comestibles a un recipiente adecuado y seguro que elimine el encanto de su envase, o almacenándolos en un sitio distinto a la cocina, deberías ser capaz de evitar posibles problemas.