Cómo hacer tu propio fertilizante para plantas de cannabis
Cuando cultivas tu propia hierba ajustándote a un presupuesto, o quieres hacerlo de forma natural, puedes hacer tus propios fertilizantes naturales en casa fácilmente, haciendo compost o echando algunas sobras de comida en la tierra de tus plantas.
Cultivar hierba con fertilizantes comerciales es bastante sencillo. Pero si realmente quieres encargarte del tema y tener el control total de tus plantas, deberías empezar a usar tu propio fertilizante casero.
Hacer tu propio fertilizante es bastante fácil y, cuando estás cultivando con poco presupuesto o quieres mantener la discreción, es tu mejor apuesta.
¿POR QUÉ HACER TU PROPIO FERTILIZANTE?
Muchos cultivadores quieren alejarse del uso de fertilizantes comprados en tiendas y optar por usar sus propios fertilizantes caseros. Y hay muchas buenas razones para hacerlo.
En primer lugar, hacer tu propio fertilizante (aunque requiere más mano de obra) suele ser mucho más barato que comprar soluciones fertilizantes ya preparadas, especialmente a largo plazo.
El uso de tu propio fertilizante también te da mucho más control sobre lo que realmente alimentas a tus plantas, y deja espacio para mucha más experimentación. Si quieres cultivar cannabis orgánico, o incluso vegánico, hacer tu propio fertilizante suele ser la mejor manera de asegurarte de seguir esas pautas.
Otra ventaja importante de usar tu propio fertilizante casero es que ayudará a mejorar la calidad general de tu suelo con el tiempo. De hecho, cuando cultivas con tu propio fertilizante orgánico, podrás reutilizar tu suelo en múltiples cultivos. Por otro lado, los fertilizantes sintéticos tienden a disminuir la calidad del suelo.
COMPRENDER LOS NUTRIENTES DEL CANNABIS: N, P Y K
Como cualquier otra planta, el cannabis necesita algunos nutrientes clave para sobrevivir: nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). Todos estos nutrientes son igualmente importantes y ayudan a la planta a crecer y florecer.
A excepción de las legumbres, las plantas no pueden absorber nitrógeno del aire y en cambio lo absorben del suelo. El nitrógeno es extremadamente importante para la fotosíntesis, ya que ayuda a la planta a producir energía para desarrollar un follaje saludable.
Como habrás comprobado, la mayoría de los fertilizantes diseñados para utilizarse durante la fase vegetativa incluyen concentraciones más altas de nitrógeno.
El fósforo, por otro lado, ayuda a las plantas a desarrollar sistemas radiculares fuertes y saludables. Verás que las plantas en floración tienden a beneficiarse de concentraciones de fósforo más altas. También es importante para las plantas jóvenes, que todavía están desarrollando sus sistemas radiculares.
El potasio, al igual que el nitrógeno, es importante para la fotosíntesis, así como para la producción de proteínas vegetales. Una dieta saludable de potasio también es excelente para fortalecer el sistema inmunológico de tu planta.
Si ya has trabajado con fertilizantes comerciales anteriormente, habrás notado que diferentes productos tienen diferentes concentraciones de NPK. Los fertilizantes para plántulas y esquejes tienden a ser muy suaves, ya que estas plantas jóvenes son muy frágiles.
Los fertilizantes para vegetación, por otro lado, tienden a contener mayores concentraciones de nitrógeno, mientras que los de floración tienden a ser ricos en fósforo para promover el crecimiento de cogollos grandes y saludables.
HACER EL FERTILIZANTE PERFECTO PARA PLANTAS DE CANNABIS ES FÁCIL
Sin duda, hacer tu propio fertilizante puede sonar difícil. Pero no lo es. En realidad es muy fácil. Encontrarás nitrógeno, potasio y fósforo en todo tipo de restos de comida e ingredientes naturales que probablemente tengas en la cocina.
Para hacer tu propia tierra rica en nutrientes en casa, debes empezar por compostar. Vale, el compostaje es una de esas cosas por las que muchos cultivadores se desaniman, pensando que será complicado, desordenado, olerá mal y llevará mucho tiempo. Pero el compostaje puede ser realmente fácil.
De hecho, podrías empezar a compostar hoy. Lo único que realmente necesitas es tierra seca o esquejes secos de un jardín (si tienes) y un contenedor de abono (que cuesta alrededor de 80 euros en Amazon, pero que también puedes hacer tú mismo fácilmente).
Una vez que tengas el contenedor, deberás añadir primero los materiales secos, seguidos de algunos materiales húmedos (como restos de comida, posos de café, tés de hierbas, etc.).
La única ciencia real para un gran compostaje es esta: mantener tu mezcla de compost ni seca ni demasiado húmeda. Revisa tu compost con frecuencia y riégalo (si está demasiado seco) o añádele más material seco (si está demasiado húmedo).
Con el tiempo, los microbios de tu abono descompondrán los ingredientes que le añadas para crear una tierra rica y bien aireada para tus plantas. Si quieres, puedes añadir lombrices de tierra a tu compost para obtener mejores resultados, pero eso podría no ser posible si tienes poco espacio o vives en un piso.
Tu compost recibe sus nutrientes de los ingredientes que le añades y aunque no te guste la idea de compostar, no te preocupes, también puedes añadirlos directamente al suelo de tu planta (solo ten en cuenta que tardarán más en descomponerse).
Simplemente necesitas saber qué ingredientes naturales que quizás ya tengas en casa, son en realidad fertilizantes naturales que puedes usar para cultivar buena hierba.
8 COSAS QUE PUEDES AÑADIR PARA HACER TU PROPIO FERTILIZANTE:
1. GRANOS DE CAFÉ
Los granos de café son perfectos para el compostaje. Se descomponen fácilmente y contienen los 3 ingredientes clave que necesitas para cultivar grandes plantas de cannabis. Son especialmente ricos en nitrógeno, pero también contienen un buen equilibrio de potasio y fósforo.
2. MONDAS DE PLÁTANO
Las pieles de plátano son ricas en fósforo y potasio. También contienen calcio y muchos otros minerales que pueden ayudar a enriquecer tu suelo y beneficiar a tus plantas.
3. AQUAFABA
La aquafaba es el líquido que se encuentra en las latas de garbanzos, lentejas, habas y muchos otros productos. Es una gran fuente de potasio (al igual que las propias habas y garbanzos). Añádelo directamente a tus macetas, o mejor aún, úsalo para humedecer tu compost cuando se seque.
4. AGUA DE COCCIÓN
¿Sabes esa agua en la que hierves tus espinacas, col rizada u otros vegetales? La próxima vez que la escurras, dásela a tus plantas en vez de tirarla por el fregadero. Cuando hierves las verduras, muchos de sus nutrientes se quedan en el agua y pueden ser absorbidos fácilmente por las plantas.
Los nutrientes del agua variarán dependiendo de qué verduras hayas cocinado, pero que sepas que el agua de cocción contiene potasio, calcio y hierro, entre otros. Simplemente recuerda dejar que el agua se enfríe antes de dársela a tus plantas.
5. ORINA
Puede sonar un poco asqueroso, pero la orina humana es uno de los mejores fertilizantes para tu planta de cannabis, ya que es especialmente rica en nitrógeno.
Cuando riegues tu planta con orina, asegúrate de diluirla con agua y evitar que penetre directamente en el follaje de la planta, ya que las altas concentraciones de nitrógeno pueden ser perjudiciales para las hojas, los tallos, etc.
6. MONDAS DE CÍTRICOS
Como la mayoría de las cáscaras de frutas, las pieles de cítricos son un gran fertilizante natural para sus plantas. Son ricas en nitrógeno, potasio y fósforo, lo que significa que son un fertilizante completo para echar en el compost o en el suelo de las plantas.
Las cáscaras de los cítricos también ayudan a repeler las plagas, que pueden proteger a las plantas de cannabis de los ácaros y otros depredadores dañinos.
7. CÁSCARAS DE HUEVO
Las cáscaras de huevo son ricas en calcio. Y aunque no es el nutriente vegetal más esencial, el calcio ayuda a las plantas a desarrollar paredes celulares fuertes.
Solo debes tener en cuenta que las cáscaras de huevos pueden tardar algún tiempo en descomponerse, por lo que es mejor usarlas en el compost en lugar de echarlas al suelo.
8. HIERBAS
Cualquier combinación de plantas herbáceas es un gran fertilizante. Las ortigas, por ejemplo, son una planta muy molesta que te hará picar todo el día si dejas que toquen tu piel. Pero al igual que sirven para hacer un gran té, también se pueden utilizar para hacer fertilizante, ya que son conocidas por ser un acumulador de nutrientes bastante bueno.
Lo único que tienes que hacer es coger algunos recortes de ortigas, consuelda o milenrama, por ejemplo, ponerlos en un recipiente hermético lleno de agua, y dejarlos ahí durante un par de semanas o meses.