Menos es más: cómo dosificar cannabis de forma correcta
Aunque la tendencia de la cría de cannabis muestra una obsesión por las variedades con altos niveles de THC, en realidad la mayoría de nosotros prefiere una hierba un poco más suave. Así es cómo se dosifica el cannabis de forma correcta para sacar el máximo partido al THC sin sentirse abrumado.
A todos nos ha pasado: tras disfrutar de lo que creíamos que iba a ser una fumada relajante o paliativa (en el caso de consumidores con fines terapéuticos), de repente empezamos a sentir náuseas y mareos, o una extrema paranoia.
El cannabis actual puede contener hasta un 20%, y en algunos casos incluso un 30%, de THC. Dada su potencia, los consumidores tienen ahora mucho más cuidado con la dosificación, y optan por dosis más pequeñas y controladas con el fin de evitar los efectos negativos producidos por las altas concentraciones de THC.
EL THC DEJA DE SER EL ÚNICO CENTRO DE ATENCIÓN
Durante los años 90, cuando los criadores descubrieron que el THC es la principal sustancia psicoactiva de la marihuana, el mundo del cannabis experimentó un fenómeno muy interesante, ya que todos se pusieron a crear variedades súper potentes con el mayor contenido posible de este cannabinoide.
En un famoso sketch, Louis CK resume perfectamente esta tendencia de la cría del cannabis:
"Estoy en un aparcamiento con unos chavales y estamos fumando un porro. Yo le doy unas caladas enormes porque no tengo ni idea. No sabía que han estado trabajando en esta mierda como si fuera la cura del cáncer", dice.
"Cuando yo era joven, podías fumar un porro durante un buen rato. Ahora, das 2 caladas y te vuelves loco. Ya no es lo mismo".
Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, la potencia del cannabis ha aumentado de alrededor de un 4% en los años ochenta, al 15% (en 2012).
Pero lo interesante es que la mayoría de consumidores de marihuana, con fines recreativos y sobre todo medicinales, no buscan variedades súper potentes que los dejen tirados en el sofá.
Si consumes cannabis de forma habitual, lo más probable es que conozcas la sensación de un "blancazo". Al igual que con el alcohol, el tabaco o cualquier otra sustancia, si ingieres demasiado THC puedes experimentar todo tipo de efectos negativos, como ansiedad, paranoia, sudoración, náuseas e incluso vómitos.
El hecho de que el consumo excesivo de THC produzca efectos negativos significa que los consumidores de cannabis deben buscar cepas más equilibradas. Aunque quizás sigas prefiriendo las variedades de efecto fuerte y duradero, también querrás probar otras que sean más manejables y agradables. Al fin y al cabo, a nadie le gusta colocarse demasiado y acabar paranoico perdido clavado en el sofá, o tener que irse de una fiesta porque la hierba ha resultado ser demasiado fuerte.
Sin embargo, la mayoría de las variedades de coffeeshops, dispensarios, clubes de cannabis y hasta de la calle, suelen tener unos niveles especialmente altos de THC.
Pero en la última década, otros cannabinoides (como el CBD) han comenzado a recibir más atención debido a sus propiedades medicinales, y cada vez se crean más variedades ricas en CBD, además de otros cannabinoides como el THCV o el CBDV.
Colocarse ya no es el principal objetivo del consumo de cannabis, ya que mucha gente recurre a la marihuana por sus beneficios medicinales.
PRESTAR ATENCIÓN A LA DOSIS HACE QUE TODO SEA MEJOR
Es muy probable que hayas oído hablar de la microdosificación. Se trata de una de las últimas tendencias en el mundo del cannabis, y es la mejor forma de moderar el efecto de variedades fuertes y con un alto nivel de THC.
El concepto de la microdosifiación de cannabis es muy sencillo: en lugar de fumarte un canuto entero, consúmelo en cantidades pequeñas, deja que haga efecto, y continúa con otra "microdosis" en caso necesario.
Las microdosis son la mejor forma de controlar el efecto que tiene el cannabis sobre el cuerpo. Recuerda: al igual que la mayoría de sustancias recreativas, el cannabis tiene un efecto bifásico. En dosis pequeñas, te puede dejar relajado, concentrado y con la mente lúcida. Pero en dosis altas, hará que te sientas aturdido, somnoliento, ansioso, etc.
A algunas personas, esto les permite aprovechar los beneficios del cannabis para la salud sin tener que experimentar un efecto psicodélico (como en el caso de muchos consumidores con fines medicinales que consumen cannabis durante el día para aliviar sus síntomas mientras están trabajando).
Para los consumidores con fines recreativos, por otro lado, la microdosificación les permite obtener un tipo de subidón más adecuado. Aunque se tarda un poco más en notar los efectos, las microdosis evitan que te coloques demasiado y sientas que estás a punto de derretirte y fundirte con el suelo.
CÓMO SE MICRODOSIFICA CANNABIS
¿Cómo se calcula una microdosis? Según The Third Wave, 5mg de THC es el punto de partida ideal para la microdosificación. Algunos consumidores reducen el tamaño de la dosis a 2,5mg.
La forma más fácil de obtener una dosis tan precisa es con comestibles claramente etiquetados con la cantidad exacta de THC que contienen. Por ejemplo, si compras una barrita de chocolate con THC en tu dispensario local, lo único que tienes que hacer es partirla hasta obtener la cantidad adecuada.
Si consumes concentrados, debes hacer algo parecido. Si tienes la suerte de poder comprar concentrados de cannabis de forma legal y con las etiquetas apropiadas, toma como referencia la cantidad total de THC del concentrado y divídela hasta tener una dosis de entre 2,5 y 5mg.
Por desgracia, si fumas flores secas de cannabis con una pipa o en un canuto, es mucho más difícil calcular la dosis adecuada. Pero aquí tienes una fórmula básica para ayudarte a prestar más atención a la dosis de cannabis a la hora de fumar.
Digamos que tu hierba contiene aproximadamente un 10% de THC. Esto significa que 1g de flores secas contiene más o menos 100mg. Por lo tanto, unos 0,2-0,5 gramos de flores secas contendrán aproximadamente 20-50mg de THC. Lía el canuto con esta cantidad, enciéndelo, dale unas cuantas caladas, y deja que haga efecto, y continúa a partir de ahí. Si necesitas más, dale unas cuantas caladas. Si no, aparta el canuto y fúmalo más tarde.
REFLEXIONES FINALES SOBRE LA DOSIFICACIÓN
Lamentablemente, no todos tenemos la suerte de vivir en un país en el que se vende cannabis de forma legal y etiquetado. De hecho, es mucho más probable que vivas en una zona en la que la marihuana sigue siendo ilegal y no tengas ni idea de la cantidad de THC (u otros cannabinoides) que contiene.
Si este es tu caso, es literalmente imposible calcular una dosis precisa de cannabis. Pero no te preocupes, aun así puedes probar la microdosificación. Lo único que tienes que hacer es consumirlo despacio y de forma constante.
La próxima vez que vayas a fumar o vapear, empieza por usar un poco menos cannabis de lo habitual. Da un par de caladas a tu pipa, porro o vaporizador y para. Espera unos 15 minutos, valora cómo te sientes, y ajusta la dosis según sea necesario.
Y lo mismo se puede aplicar para los comestibles. Comienza con ¼ o ½ porción y espera unos 45 minutos para comprobar cómo te afecta. Ten en cuenta que los comestibles tardan mucho más en hacer efecto, porque tienen que atravesar el tracto digestivo para que el THC pueda ser absorbido por el cuerpo.