7 razones por las que es un marrón vivir en un sitio donde la marihuana es ilegal
¿Vives en un lugar donde la marihuana es legal? Aquí tienes 7 razones por las que te encuentras entre las personas más afortunadas de la tierra.
Si vives en una zona donde el cannabis aún es ilegal, ten por seguro que hay mucha gente que comparte tu dolor. Hay personas que, como tú, solamente pueden soñar con entrar en un dispensario y escoger su cogollo favorito o china de hachís del mostrador y volver a casa a fumarlos.
Si, por otro lado, vives en un estado legal de los Estados Unidos, o en cualquier otro sitio en el que la hierba está permitida, aquí tienes 7 razones por las que eres la envidia de tantos fumetas y consumidores con fines terapéuticos de todo el planeta.
Empecemos:
1. TIENES QUE TRATAR CON DISTRIBUIDORES
"¿Alguna vez has tenido que tratar con un camello? Es horrible, es raro, es engorroso".
Dale Denton no podía haberlo dicho mejor: tratar con traficantes de droga es un fastidio. La mayoría de las veces son poco fiables, y tú (el consumidor) tienes que estar encima de ellos para poder conseguir unos cuantos gramos de cogollo sin nombre.
La mayoría de los casos, los camellos no transportan variedades distintas. Y si lo hacen, no hay forma de saber si lo que te están vendiendo es de fiar (algo que veremos con más detalle más adelante). Además, los encuentros con distribuidores suelen ser extraños e incómodos, aunque le hayas estado comprando a la misma persona durante mucho tiempo.
Para colmo, muchos traficantes también comercian con otros tipos de drogas, lo que empuja a algunas personas a comprar otras sustancias en las que no estaban interesadas. "Oye, ¿quieres también cocaína? De buena calidad, a bajo precio..."
2. TE PODRÍAN TRINCAR
No mola que te pillen. Para nada. Por eso, la gente que vive en zonas donde la hierba aún es ilegal suelen ser bastante discretos en cuanto a dónde y cuándo fuman.
De hecho, en muchas partes del mundo, ni siquiera te tienen que pillar consumiendo marihuana para que tengas problemas con la ley. Basta con estar en posesión de un poco de hierba o de parafernalia relacionada con ella.
La cantidad de problemas causados por delitos relacionados con el cannabis dependerá de dónde vivas. En algunos sitios, puedes llevarte una advertencia amistosa de un agente de policía, o tal vez una multa. En otros, sin embargo, podrías ir a juicio, coleccionar multas, o incluso tener que asistir a seminarios/clases sobre el consumo indebido de drogas. Peor aún, en ciertos países, puedes acabar en la cárcel por posesión/consumo.
3. LA MARIHUANA ES ANÓNIMA
Si eres un verdadero entendido del cannabis, odiarás vivir en un sitio donde es ilegal. Porque nunca sabes exactamente lo que estás comprando.
Olvídate de conseguir un poco de OG Kush, Blue Dream o Amnesia Haze. La mayoría de las veces, comprarás lo que te ofrezca tu camello en un momento dado, que puede ser cualquier cosa.
Sí, puede que te digan que es Northern Lights, pero no tienes forma de saber si es verdad. Cuando compras marihuana ilegalmente, solo la puedes inspeccionar en busca de señales de que no es demasiado mala, y esperar que salga bien.
4. NO HAY VARIEDAD
¿Alguna vez te has parado en un dispensario o tienda legal de cannabis dudando entre comprar White Widow, bubble hash o algún comestible? Si es así, considérate afortunado. En sitios ilegales, no hay variedad en lo que respecta a la compra de productos de cannabis.
Olvídate de elegir entre una índica y una sativa, o de informarte sobre el efecto de lo que estás comprando.
Si buscas concentrados o comestibles, la cosa se pone aún más difícil. En la mayoría de zonas ilegales, las formas de cannabis como dabs o comestibles son sumamente difíciles de obtener. Y cuando se encuentran, no se sabe quién las ha producido ni cómo.
5. NO TIENES ELECCIÓN SOBRE LO QUE TE METES EN EL CUERPO
Este es posiblemente uno de los aspectos más frustrantes de vivir en un sitio donde el cannabis es ilegal. Como persona adulta, deberías poder tomar decisiones conscientes e informadas sobre lo que te metes en el cuerpo.
Independientemente de tu postura sobre la marihuana, la gente que desea consumir cannabis debería poder hacerlo de forma legal y sin prejuicios. Al fin y al cabo, todo el mundo puede comprar la cantidad que quiera de tabaco y alcohol en casi todos los países, a pesar de los riesgos para la salud asociados con los hábitos de fumar y beber.
Lo mismo debería aplicarse para el cannabis. La ciencia ha demostrado que el tabaco y el alcohol matan a más personas al año que la marihuana. De hecho, hay muchas investigaciones que afirman que los riesgos para la salud asociados con fumar cannabis son menos graves que fumar tabaco.
Por eso, cualquier adulto que desee consumir cannabis de forma recreativa (por la razón que sea) debería poder comprar hierba legal y regulada de un comerciante autorizado, de la misma forma que compra tabaco y alcohol.
6. LOS CONSUMIDORES CON FINES TERAPÉTICOS SE QUEDAN SIN NADA
El estudio científico del cannabis es cada vez más sofisticado. A estas alturas, sabemos que la marihuana y sus compuestos tienen propiedades medicinales que ayudan con el tratamiento y la prevención de una gran diversidad de síntomas y enfermedades.
Si consumes cannabis con fines terapéuticos, vivir en una zona ilegal es un verdadero dolor de cabeza. Esto es debido a que no existe ningún sistema que te ayude a acceder a tu medicamento de forma segura, controlada y fiable.
De hecho, los sistemas que hay están concebidos para hacer que este acceso sea más difícil y castigarte por ello. Así que, en lugar de acercarte a un dispensario con tu receta o identificación, y comprar exactamente lo que necesitas con la ayuda del amable budtender, tienes que encontrarte con alguien en un aparcamiento y recibir una bolsita de plástico.
Si te pillan, independientemente de si consumes THC para combatir el dolor crónico o CBD para controlar las convulsiones de tu hijo, eres un criminal a los ojos de la ley, y te pueden castigar como consideren oportuno. Además, las personas de color corren un riesgo mucho mayor de ser encarceladas por "delitos" relacionados con el cannabis.
7. CULTIVAR ES UNA PESADILLA
Intentar cultivar marihuana en una zona donde es ilegal es un MARRÓN. Olvídate de comprar esquejes o semillas de un banco de semillas, grow shop o dispensario. En zonas ilegales, echar mano de los genes adecuados para obtener una buena cosecha es un auténtico dolor de cabeza.
Si vives en una de estas zonas, la compra de esquejes es impensable, a menos que conozcas a alguien que tenga una planta madre decente y esté dispuesto a venderte o darte un clon. Por lo tanto, no te quedará más remedio que comprar semillas (que siguen siendo ilegales en la mayoría de países), lo cual es un engorro por sí mismo.
Primero, tendrás que encontrar un banco de semillas dispuesto a enviar a tu país. Si lo consigues, tendrás que hacer un pedido y confiar en que todo vaya bien; tal vez lleguen a su destino, o tal vez no. Y si lo hacen, te quedará la paranoia de que alguien sabe lo que había en el paquete y está esperando para sorprenderte con las manos en la masa en mitad del cultivo.
Si no tienes la opción de comprar semillas online, tu única opción es esperar que haya una semilla en tu próximo lote de hierba y probar suerte de esa forma. Pero, recuerda: no sabrás qué es. Cultivar marihuana también es ilegal, y por lo general se castiga con multas más severas que la posesión y el consumo de cannabis.