Huella ecológica del cultivo de marihuana
La industria estadounidense del cannabis tiene un valor de casi 7.000 millones de dólares. Pero también causa estragos en el medio ambiente.
A medida que más estados modifican sus leyes sobre el cannabis, y la opinión sobre su consumo evoluciona, el debate de la huella ecológica del cannabis está recibiendo cada vez más atención.
Dado el peligro inminente del cambio climático, mucha gente quiere saber cómo afecta este nuevo cultivo comercial al medio ambiente.
LA DEMANDA DE CANNABIS
9 estados y Washington DC han legalizado por completo el cannabis, y un total de 29 estados ofrecen programas de marihuana medicinal. Según encuestas del 2013 y 2014, dos de los mayores mercados de cannabis son California y Michigan, donde unas 4.633.000 y 1.304.000 personas consumen cannabis, respectivamente.
No hay ninguna duda de que el mercado legal del cannabis estadounidense está en auge. El año pasado, esta industria generó unos 6.700 millones de dólares en ventas legales, un 30% más que en el 2015. Para 2021 se espera que la industria tenga un valor superior a los 20.000 millones.
Dado su rápido crecimiento, los expertos comparan el auge de la industria del cannabis con el boom del puntocom, e incluso con la industria de internet de banda ancha y televisión por cable de los 80 y 90.
Aunque siempre existe cierta incertidumbre en relación a nuevos sectores como este, una cosa es segura: existe una enorme demanda de cannabis en todo el territorio de los Estados Unidos. Y, lo mejor de todo, el suministro para satisfacer esa demanda está respaldado por los grandes inversores.
CANNABIS, EMISIONES DE CARBONO Y MEDIO AMBIENTE
Es evidente que hay una gran demanda de marihuana legal en EE.UU. y que no hay escasez de empresas dispuestas a satisfacerla. Sin embargo, a pesar de los rumores que hayas podido escuchar sobre el cannabis como cultivo ecológico, no lo es. El cultivo, tratamiento y procesamiento del cogollo dejan huella en el medio ambiente. Y esta huella, por desgracia, es bastante grande.
El cannabis se puede cultivar tanto en el interior como en el exterior. Ambos métodos son legales en EE.UU., dependiendo del estado y de las leyes locales. En California, por ejemplo, los cultivadores con licencia pueden operar tanto en interior como en exterior, mientras que en Colorado el cultivo interior es mucho más popular.
Aquí tienes cómo afecta al medio ambiente el cultivo interior y exterior de cannabis:
IMPACTO AMBIENTAL DEL CULTIVO EXTERIOR
Se calcula que California produce aproximadamente el 60% del cannabis de todo el país. Con una producción tan alta, no hay que ir muy lejos para comprobar el impacto ambiental que tiene el cultivo de cannabis en esta zona.
El Triángulo Esmeralda es una de las áreas de cultivo de marihuana más famosas del mundo. Aquí, las explotaciones de cannabis de exterior producen enormes plantas que pueden alcanzar los 5 metros de altura, y que desarrollan tantos cogollos que son incapaces de soportar su propio peso.
Estas granjas utilizan una enorme cantidad de agua para mantener sus plantas sanas durante el cálido verano californiano, en un estado que está atravesando una importante sequía. La construcción de carreteras en esta zona también contribuye a la erosión del suelo, y el desvío de arroyos amenaza el hábitat de los peces y favorecen los afloramientos de algas tóxicas.
Por último, los "cultivos de guerrilla" ilegales se extienden a lo largo y ancho de toda esta región, y traen con ellos venenos tóxicos diseñados para proteger las plantas de plagas y que acaban poniendo en peligro a otras especies de mamíferos.
IMPACTO AMBIENTAL DEL CULTIVO INTERIOR
Ya hemos visto lo que sucede con el cultivo exterior. Lamentablemente, el impacto ambiental del cannabis cultivado en interior no es mucho mejor.
Un análisis del 2013 sobre el uso energético del cultivo de cannabis llevado a cabo por la Junta Estatal de Licores y Cannabis de Washington, describe al cannabis como un producto de gran intensidad energética.[1] El análisis demostró que para la producción de aproximadamente 1kg de cogollos de cannabis hicieron falta casi 4.000 kilovatios/hora. La producción de la misma cantidad de aluminio, según el informe, requiere de unos 14 kilovatios/hora.
Un estudio de 2012 descubrió que la producción de marihuana requiere de prácticas energéticas intensivas que cuestan a los Estados Unidos alrededor de 6.000 millones de dólares anuales.[2] Según este estudio, la producción de 1kg de cogollos de cannabis produce unos 4600kg de emisiones de dióxido de carbono. Aproximadamente la misma cantidad producida por 3 millones de automóviles estadounidenses.
En el 2007, el Centro de Investigación de Energía Schatz (SERC) de la Universidad Estatal de Humboldt en California, concluyó que los cultivos de cannabis en interior consumieron aproximadamente el 10% de la electricidad de todo el país, lo cual es suficiente energía para unos 13.000 hogares estadounidenses.[3]
El centro también descubrió que algunos cultivadores de interior consumieron casi 10.000 kilovatios/hora de electricidad en un solo mes, 20 veces más que un hogar corriente.
¿CÓMO PUEDEN AYUDAR LOS CULTIVADORES?
Uno de los principales problemas relacionados con el cultivo de cannabis en EE.UU. es que la industria actualmente depende de fuentes de energía fósiles. Aunque los cultivadores podrían recurrir a fuentes de energías renovables, hacerlo es costoso y a menudo imposible sin financiación.
Muchos cultivadores de cannabis también podrían desanimarse por el riesgo que supone invertir en un equipamiento tan caro, dada la incertidumbre en el sector del cannabis.
Al fin y al cabo, aunque puedas conseguir unos gramos de Blueberry en un dispensario de Denver o San Diego, el cannabis sigue siendo una sustancia controlada por el gobierno federal, independientemente de lo que digan las leyes estatales. Sin la promesa federal de legalizar esta sustancia en un futuro cercano, el mercado sigue envuelto en una incómoda incertidumbre.
Pero eso no significa que sea una causa perdida para la reforma de la energía renovable. En el condado de Boulder, Colorado, por ejemplo, los cultivadores de cannabis con licencia están obligados a compensar su uso energético con créditos de energía renovable, o a pagar un suplemento por kilovatio/hora que va directamente al Fondo de Compensación por el Impacto Energético del Condado de Boulder.
Este fondo utiliza el dinero para ayudar a desarrollar sistemas de ventilación/iluminación eficientes, y mucho más.
Hay un montón de noticias centradas en el rápido crecimiento del sector del cannabis, lo que hace que la población crea que cualquier empresa que opere en el mundo cannábico está haciendo millones. Pero no es así.
Aunque el cannabis puede ser un negocio muy rentable, debemos recordar que también tiene costes enormes. Estos costes suelen provenir de los impuestos y regulaciones que las empresas deben pagar para poder operar de forma legal.
En lo que respecta a la industria estadounidense del cannabis, debemos recordar que este negocio está todavía en su infancia. Todas las industrias nuevas necesitan tiempo para crecer, prosperar y mejorar. De hecho, muchas industrias que llevan existido durante siglos están comenzando a mejorar sus prácticas, y no tienen los retos legales añadidos del negocio de la marihuana.
Huelga decir que la producción de cannabis genera gran cantidad de emisiones de energía, y tiene un fuerte impacto negativo sobre el medio ambiente. Esperemos que a medida que la industria continúa creciendo y la legalización facilita el funcionamiento de estas empresas, en un futuro cercano haya cabida para una industria sostenible, rentable y respetuosa con el medio ambiente.
- ^ Washington State Liquor and Cannabis Board, Environmental Risks and Opportunities in Cannabis Cultivation, recuperado November-29-2018
Enlazar - ^ Amazon S3, The carbon footprint of indoor Cannabis production, recuperado November-29-2018
Enlazar - ^ Humboldt State Now, Schatz Lab Finds Indoor Grows Use Huge Amounts of Power, recuperado November-29-2018
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