Historia de la marihuana en el cine
El cannabis ha sido un tema favorito del séptimo arte desde sus comienzos. Aquí tienes una breve historia de la hierba en Hollywood.
El cannabis y el cine tienen una larga historia en común. El nacimiento del cine moderno tuvo lugar en la misma época que el gobierno federal de los Estados Unidos prohibía la marihuana. Como consecuencia, durante la década de los 30, todo entretenimiento centrado en la marihuana tenía un carácter negativo; si es que no se trataba de una historia de terror.
Desde entonces, la hierba ha continuado apareciendo en el cine, y es curioso ver las distintas formas en las que ha sido representada; desde una droga que podía volverte gay y hasta matarte, hasta una sustancia que te hace parecer mucho más interesante.
También podemos comprobar cómo ha afectado la contracultura a la aceptación del consumo de cannabis, y todas las formas en las que se ha parodiado.
En la actualidad, cada vez más películas y programas de televisión tratan sobre temas relacionados con la marihuana, desde su legalización al típico humor de fumeta.
LOS AÑOS TREINTA - PROPAGANDA ANTI MARIHUANA
Varias obras de esta época no dejan lugar a dudas sobre la imagen que entonces se tenía del cannabis. Con títulos como 'Marijuana: The Devil's Weed', no hace falta ninguna explicación. Esta cinta y otros proyectos parecidos son creaciones de un tal Dwain Esper.
Esper fue un contratista de construcción que se paso al cine en los años 20. ¿Otras obras suyas? Assassin of Youth, Sex Madness, Sex Maniac, Narcotic y How To Undress in Front of Your Husband. Un encanto de persona, ¿verdad?
Reefer Madness es otro clásico de la misma época. Gracias a su versión en color, remake, y mención en musicales, parodias y programas nocturnos de televisión, jamás será olvidada, y continúa dando vueltas por internet como ejemplo de pésima película propagandística. Fue financiada por una congregación religiosa y originalmente producida como película "educativa". Posteriormente, Esper la reeditó y distribuyó como parte de su catálogo.
Durante la década de los treinta, la marihuana continuó siendo un denominador común de adolescentes rebeldes, y no volvió a adquirir importancia cultural hasta, por supuesto, los años 60
EASY RIDER Y FLORES EN EL PELO
Los jóvenes de los 60 fueron testigos del gran debate hollywoodiense en torno al cannabis - que sucedió de dos maneras: apareciendo en películas de la contracultura - como Easy Rider (1969), o formando parte de documentales o videoclips musicales.
El consumo de hierba se mostraba como parte del estilo de vida de la juventud, del negocio de la música y de la cultura alternativa de los 60. También formó parte de la literatura de la generación beat, y autores como Hunter Thompson y Charles Bukowski escribieron sobre el consumo de drogas.
Aunque aún se representaba como algo excepcional, las primeras nociones sobre los efectos positivos de las drogas proceden de esta época.
No hay que olvidar que todavía se producían películas como Maryjane (1968), en la que la marihuana se mostraba como algo malo que podía hacer que acabaras en la cárcel.
REVISIONISMO DEL ORDEN PÚBLICO
Para los años 70, las drogas en general, y el cannabis en particular, atravesaban una etapa muy peculiar. El lema de la época, que duró, con muy pocas excepciones, hasta la década de los 90, cambió radicalmente y se empezaron a demonizar las drogas, y las consecuencias de verse involucrado en ese mundo llegaron a ser terribles.
Echa un vistazo a Midnight Express, sobre un estudiante norteamericano que es detenido por intentar sacar hachís de Estambul, y que acaba en la cárcel. O Death Drug, una película estilo kitsch de 1978. ¿Su argumento? Insignificante, a excepción de una creativa representación de una alucinación inducida por PCP en un supermercado.
Otro ejemplo interesante es Taking Off (1971), en la que se ve a un grupo de padres de clase media fumando hierba.
"Esto es un porro…. Después de inhalar, coges el porro y se lo pasas a la persona que está sentada a tu lado. No te lo quedes - repito - no te quedes el porro. A eso se llama picárselo, y es de muy mala educación".
La marihuana se representa como algo malo pero agradable; aunque esta película también contiene advertencias sobre su ilegalidad. Antes de encenderse el canuto, cuentan que "un hombre fue encarcelado en Michigan solo por tener 2 porros".
Esta moda de advertir sobre el consumo de drogas duró al menos una década, y también incluía películas sobre adictos a la heroína como, por ejemplo, Drugstore Cowboy (1989).
Las pocas excepciones que se dieron en esta época retrataban a la marihuana de distintas formas. Una de ellas fue desde una perspectiva cómica, que fue el enfoque que le dieron Cheech y Chong. Usando diversos estereotipos, como la raza, este dúo cómico hizo del cannabis el centro de su humor durante la mayor parte de la década de los 70. Algunos sostienen que las películas de Cheech y Chong fueron las primeras películas de "fumetas".
En películas como The Breakfast Club, el cannabis seguía estando relegado al ámbito del adolescente solitario y supuestamente condenado al ostracismo. Esta obra, junto con The Big Chill, fue de las primeras películas que comenzaron a mostrar de nuevo el consumo de cannabis. No trataban de ser cómicas, ni tampoco de estereotipar, pero la marihuana empezaba aparecer en la gran pantalla una vez más.
LOS NOVENTA Y EL REVISIONISMO DE FINALES DE SIGLO
Para mediados de los noventa, culturalmente hablando, los EE.UU. se encontraban en mitad del debate sobre la legalización. La novela Miedo y Asco en Las Vegas fue por fin llevada al cine. Desde que Hunter Thompson lo escribiera, este libro ha dado forma al debate fuera de las pantallas. La versión cinematográfica supuso el comienzo de la representación moderna del cannabis.
Pero con la llegada del nuevo siglo, las películas sobre el consumo de drogas empezaron a ir en dos direcciones distintas: historias sobre yonquis como Réquiem for a Dream, The Void (2009) o Trainspotting (1996), o películas como El gran Lebowski, Friday o Dazed and Confused, protagonizadas por fumetas ociosos que posiblemente acaben siendo adictos, pero hechas con sentido del humor.
Pero la legalización fuera de la pantalla también empezó a influir en la forma en que se representaba el cannabis en el cine, que comenzó a contar con breves apariciones durante la mayor parte de esta década. Cuando American Beauty mostró el consumo de cannabis como una forma de evadirse de la pesadilla americana, resultó familiar para mucha gente. Y el discurso volvió a cambiar de nuevo.
REPRESENTACIÓN DEL CANNABIS EN LA ÉPOCA DE LA LEGALIZACIÓN
El sexo, las drogas y el rock and roll siempre han formado parte de la cultura de Hollywood hasta el punto en que es casi imposible separarlos. Pero en el caso del cannabis, se ha producido un cambio en la última década; desde la legalización del 2014 en Colorado, el entretenimiento se ha vuelto más pro-marihuana.
Películas como Saving Grace (2000) o Pineapple Express (2008) abordan el tema en clave de humor, pero no a costa del consumidor. Documentales como Super High Me (2007) también empiezan a centrarse en las fuerzas políticas que impulsan la reforma.
The Wolf of Wall Street muestra el consumo explícito de todo tipo de drogas, dando lugar a una nueva era en la representación hollywoodiense de estas sustancias. Esta comedia satírica del 2013 aborda muchos temas diferentes, entre ellos, el consumo de estupefacientes
La legalización será el tema central del entretenimiento digital durante al menos la próxima década. Disjointed, la nueva comedia de Kathy Bates sobre una tienda de marihuana en LA, va a rodar su segunda temporada.
Desde el punto de vista de los amantes del cannabis, está muy bien comprobar que la marihuana está empezando a ser aceptada, pero lo más probable es que esta pésima caracterización de lo que ocurre en un dispensario te dé ganas de vomitar sobre Netflix, ya que consiste en una broma estereotipada tras otra, que nos da una imagen no muy halagadora a los consumidores de cannabis.
La relación de Hollywood con el cannabis parece haber entrado en una nueva era, y pronto podrás comprobarlo en tu cine o pantalla digital. Esperemos que no se quede en la propaganda y los fumetas mal retratados.