Por qué preferimos "cannabis" frente a "marihuana"


Por qué preferimos
Adam Parsons

El término "marihuana" ha jugado un papel clave en los estigmas negativos en torno al cannabis. Descubre por qué preferimos la palabra "cannabis".

La planta del cannabis tiene casi tantos nombres como aplicaciones, y recibe muchas denominaciones diferentes. Hierba, ganja, maría, mota... la lista es interminable. Muchos de estos términos se consideran coloquiales o incluso códigos para ocultar el tema de conversación en lugares donde la planta es ilegal. Sin embargo, el término más extendido y popular para referirse a lo que científicamente se conoce como cannabis, es "marihuana".

Aunque este término se usa en todos los ámbitos, su verdadero origen y significado no se suele debatir ni cuestionar. Ha sido utilizada y aplicada tan indiscriminadamente que ahora está muy arraigada en todos los sectores y ámbitos políticos en torno a la planta del cannabis.

Por ejemplo, en regiones del mundo donde el cannabis está disponible para fines terapéuticos, las leyes y decretos que versan sobre él, utilizan la expresión "marihuana medicinal".

¿Se trata simplemente de un término como otro cualquiera que nació por la introducción de esta hierba en muchos entornos y subculturas diferentes? Lo cierto es que existen pruebas que señalan la posibilidad de que su popularización fue intencionada y de alguna forma siniestra.

"Marihuana" es una palabra de origen mexicano utilizada para referirse habitualmente al cannabis. Su llegada a los Estados Unidos es descrita por el académico Alan Piper de esta manera: "La palabra marihuana, junto con el uso del cannabis como estupefaciente, se puede considerar a ciencia cierta como procedente de México, traída a los Estados Unidos por trabajadores inmigrantes".

Su uso en la cultura occidental para referirse a la planta del cannabis no empezó con connotaciones positivas. En la década de los años 30, EEUU sufría los devastadores efectos económicos de lo que ahora se denomina la Gran Depresión. Unos años antes de este acontecimiento, casi 1 millón de emigrantes mexicanos llegaron a los Estados Unidos, escapando de su guerra civil.

Esta relación fue suficiente para despertar tensiones raciales por sí misma, especialmente en una época en la que la inmigración se estaba encontrando un fuerte rechazo. Este período también supuso el momento en el que la prohibición del cannabis alcanzó su máximo apogeo, tras cientos de años de utilización como materia prima industrial y hierba medicinal.

Un hombre llamado Harry Anslinger fue contratado como primer director de la Agencia Federal de Narcóticos recién constituida, en el año 1930. La agencia había sido creada para aplicar las leyes que prohibían sustancias como la heroína y la cocaína. Anslinger lanzó una campaña con el consumo de cannabis en su punto de mira, en un intento de conseguir que la planta se clasificase en la misma categoría que esos narcóticos ya mencionados.

Sin embargo, esta cruzada no fue un acto heroico para proteger a la población de una amenaza real, basado en la ciencia y la verdad. En cambio, era la acción de una oscura alianza de personajes e instituciones que buscaban la realización de sus propios intereses económicos con la prohibición de la hierba.

Anslinger tomó quizás la decisión más perjudicial que jamás haya tomado nadie contra la imagen y la percepción del cannabis. Su cruzada suponía vincular el consumo de cannabis con los grupos raciales que estaban siendo culpados por la crisis económica, y al mismo tiempo generaba un rechazo hacia la planta y las minorías que la consumían con fines recreativos.

El volumen de propaganda infundada y odio racial que Anslinger intentaba difundir en la sociedad quedó demostrado en un discurso que leyó antes del congreso contra el cannabis, textualmente: "La marihuana es la droga más violenta en la historia de la humanidad... La mayoría de fumadores de marihuana son negros, hispanos, filipinos y artistas. Sus músicas satánicas, jazz y swing, son el resultado del consumo de marihuana."

A Anslinger también se le atribuyen las siguientes declaraciones: "Los porros hacen creer a los oscuros que son tan buenos como el hombre blanco... la razón fundamental para ilegalizar la marihuana es su efecto sobre las razas degeneradas".

Estos puntos de vista extravagantes y extremistas, muestran que su feroz intento de prohibir el consumo de cannabis y de desprestigiarlo de cara a la opinión pública, no se basaba en ningún razonamiento científico, sino en las ideas promulgadas por un racista corrupto para generar miedo aprovechándose de su posición de poder.

Sin embargo, este extremismo funcionó. "Marihuana" fue el término utilizado en todo el país, con todas las connotaciones negativas que implicaba.

William Randolf Hurst, cómplice en esta operación, era el propietario de medios editoriales más poderoso de la época en Estados Unidos, lo que le otorgaba una posición privilegiada para influir en la opinión pública. Comenzó a publicar y difundir historias falsas y tergiversadas para informar a la población de la amenaza diabólica que la marihuana representaba.

Como ejemplo, sirva este titular rastrero y manipulador: "Fue la marihuana, la nueva droga mexicana, la que dio vida al brazo asesino de Clara Phillips cuando acabó a martillazos con la vida de su víctima en Los Angeles... Tres cuartas partes de los crímenes violentos de este país son cometidos por salvajes adictos, es una cuestión de pura estadística."

El resultado de esta desinformación interesada e inteligentemente diseñada, fue la aprobación de la Ley de la Marihuana de 1937, que criminalizaba el cannabis en todos los estados de la nación e imponía impuestos sobre cualquier cultivo o comercio con esta materia prima.

A estas alturas el daño ya estaba hecho, y la imagen de la marihuana como droga venenosa y peligrosa había sustituido a la hierba industrial y medicinal del cannabis en la mente de muchos.

Debido a este oscuro período de la historia del cannabis, existe un movimiento emergente que apoya el abandono de la palabra marihuana para describir a la planta del cannabis, por la corrupción que la rodea. La era moderna se está caracterizando por una creciente aceptación del cannabis como poderosa medicina y recurso medioambientalmente responsable.

Aunque "marihuana" todavía es un término usado comúnmente para denominar a esta hierba, puede que siga contaminando su imagen y sirva de apoyo para los colectivos que todavía demandan su ilegalización.

Adam Parsons
Adam Parsons

Como periodista, autor y redactor profesional del cannabis, Adam lleva mucho tiempo escribiendo sobre todo lo relacionado con la marihuana, desde su psicoactividad hasta el CBD. En un mercado en constante cambio, Adam utiliza su licenciatura (con honores) en Periodismo Multimedia para mantenerse al día de las investigaciones más recientes y aportar información valiosa a todos sus proyectos.