Cómo crear el cuarto de cultivo de marihuana perfecto
Con tantos tipos de luces, distintos sistemas de organización y un montón de información, es difícil saber por dónde empezar tu primer cultivo de marihuana. Por eso, hemos elaborado una guía completa y sencilla sobre cómo crear tu primer espacio de cultivo, y todo lo que debes saber para que sea un éxito.
Índice:
Cultivar marihuana no es la tarea más fácil del mundo, pero sí una de las más satisfactorias. Crear y optimizar el cuarto de cultivo es fundamental para conseguir unas cosechas exitosas. Los atajos y las actitudes pasotas solo condenarán tu cultivo al fracaso.
Haz las cosas bien antes de empezar a cultivar, y a la larga te ahorrarás una gran cantidad de tiempo y esfuerzo. ¿No sabes por dónde empezar? Aquí tenemos toda la información que necesitas para crear tu cuarto de cultivo y conseguir las mejores cosechas posibles.
¿Qué necesitas para montar el cuarto de cultivo de marihuana perfecto?
A la hora de crear tu primer cuarto de cultivo, todo será mucho más fácil si dispones de lo que necesitas desde el primer día. No es bueno ver aparecer los primeros brotes y darte cuenta de que te has olvidado de algo. Por eso, hemos elaborado una lista con todo lo esencial que vas a necesitar para cultivar hierba sin problemas.
• Tacos de cultivo para semillas: son los recipientes perfectos para germinar semillas de marihuana. Hechos de turba, ofrecen la proporción de aire y agua necesaria para que tus semillas tengan el mejor comienzo en la vida. Una vez germinadas, podrás transferirlas a macetas más grandes.
• Macetas de tela: es posible que no hayas visto macetas de tela antes, pero son una herramienta estupenda. Dado que sus paredes son porosas, dejan que el sustrato respire y reducen las probabilidades de que se produzca pudrición de las raíces. Además, se basan en la poda aérea, así que no tendrás que preocuparte de que las raíces crezcan anudadas, y trasplantar será pan comido.
• Armario de cultivo: que no se te ocurra prescindir de uno de estos. Si quieres crear un cultivo decente y con buenos resultados, elige uno de estos armarios. Salvo que dispongas de una habitación grande que puedas transformar, lo mejor es contar con un armario de cultivo.
• Luces de cultivo: te recomendamos optar por unos LED de espectro completo. No hay que sustituirlos cuando la planta cambia de fase, consumen aproximadamente un 50% menos de energía que otras lámparas (menos coste, menos calor), y ofrecen un espectro lumínico perfecto, lo que se traduce en mejores cosechas.
• Temporizadores: aunque no son esenciales, te harán la vida mucho más fácil. Solo tienes que conectar las luces al temporizador, y enchufarlo a la pared. De esta forma, el ciclo de luz-oscuridad estará automatizado, lo que te proporciona mucha más libertad.
• Ventilador oscilante/giratorio: una buena circulación de aire es fundamental. Si el aire se estanca, tendrás problemas de moho y podredumbre. Un ventilador barato que se pueda montar en la pared del armario mantendrá tus plantas de cannabis sanas.
• Extractor con conducto de aire: introduciendo aire fresco de manera constante y extrayendo el aire viciado y caliente, mantendrás contentas a tus plantas. Y junto con el ventilador giratorio, podrás maximizar el ambiente fresco y conservar una humedad saludable.
• Filtro de carbono: esta pieza se coloca en el conducto. Cuando el aire (del interior de la tienda) pase por él, absorberá el olor a cannabis. Esto significa que tu armario no generará litros de aire con aroma a marihuana.
• Termohigrómetro: para medir la humedad y la temperatura. Controlar estas variables es esencial para lograr una cosecha buena y saludable.
• Medidor de pH: un sustrato con una acidez ideal (6,0-6,5) garantiza la salud de tus plantas de la marihuana. Sin un medidor de pH, no sabrás el estado en que se encuentra tu suelo.
• Tijeras de podar: durante el cultivo deberás podar tus plantas para mantenerlas bajo control. Además, cuando llegue el momento de la cosecha, tendrás muchos cogollos para cortar. Invierte en unas tijeras de podar robustas y con hojas afiladas, ya que te espera mucho trabajo. ¡Y asegúrate de mantenerlas limpias!
• Regadera: este elemento es bastante obvio. Tus plantas necesitan agua. Consigue una regadera de un tamaño que te permita regar bastante de una sola vez, pero no tan grande que resulte molesta en un lugar pequeño y lleno de aparatos eléctricos.
• Pulverizadores: para rociar las hojas de las plantas. Las plantas también absorben la humedad a través de las hojas, y la marihuana prefiere un ambiente ligeramente húmedo (55-70%) durante la etapa vegetativa. Los pulverizadores te ayudarán a satisfacer estas necesidades.
• Cordel: un utensilio que siempre viene bien. Ya sea para sujetar las plantas, entrenarlas, darles apoyo, o colgar objetos en el armario.
• Cinta aislante: ideal para asegurar y sellar, te alegrarás de tenerla a mano.
• Guantes sin látex: necesitas unos guantes. No solo mantendrán tu cosecha limpia, sino que también evitarán que la resina del cannabis irrite tu piel. Además, hacer trabajos engorrosos con las manos cubiertas de jugo de marihuana es una lata.
• Gafas protectoras: aunque unas gafas de sol también sirven, unos anteojos adecuados para el cultivo en interior son mucho mejores. Las gafas de sol normales no bloquean todo el espectro lumínico de las luces de cultivo. Unas apropiadas harán que la exposición prolongada sea mucho más cómoda, además de segura.
• Máquina para cortar cogollos: no es esencial, pero si consigues una buena cosecha (y con esta guía, lo harás), te hará la vida mucho más fácil.
• Frascos herméticos: proporcionan una vida útil mucho más larga a los cogollos curados.
• Alargador eléctrico: para tener más flexibilidad con la electricidad. Pero asegúrate de no sobrecargarlo. Ninguna cosecha compensa que se te queme la casa.
Cómo montar un cuarto de cultivo de marihuana paso a paso
Ahora que ya tienes todo lo que necesitas, tienes que saber cómo usarlo. Aunque hemos recomendado utilizar un armario de cultivo y luces LED, también vamos a ver las otras opciones. Y como con todo lo bueno de la vida, merece la pena hacerlo bien. Cuanto mejor sea el resultado inicial, más fácil será el cultivo. Intentar arreglar algo cuando las plantas ya se han desarrollado por completo es mucho más difícil que hacerlo bien al principio.
Paso 1: Encuentra un espacio adecuado para tu cuarto de cultivo
En primer lugar, deberás decidir dónde vas a cultivar tu cannabis.
Tamaño
Considera el tamaño del espacio elegido. ¿Es un cuarto de cultivo grande, un armario ropero, o un armario de cultivo? La energía y los materiales necesarios para mantener el ambiente adecuado dependerán del tamaño del espacio. Elige el que mejor se adapte a los resultados deseados.
Electricidad
Necesitarás acceso a un suministro eléctrico. Cuanto más cerca esté, mejor. No querrás tener cables atravesando toda la vivienda.
Agua
De la misma manera, deberás tener cerca una fuente de agua. Es posible que no sea tan accesible como la electricidad, pero intenta reducir la distancia tanto como sea posible. Cuantos menos tubos llenos de agua, menos probabilidades habrá de que se produzca un accidente.
Ruido
El equipo va a hacer ruido. Aunque no sea muy alto, podría ser molesto tanto para ti como para tus vecinos. Si es posible, monta el cuarto de cultivo en un lugar donde el ruido pase más desapercibido.
Suelo
No cultives directamente sobre una alfombra, ya que retienen el agua y, por lo tanto, desarrollarán bacterias y hongos. Elige una superficie dura o pon encima una lámina de plástico.
Paso 2: Haz que el cuarto de cultivo sea hermético a la luz
La luz no debe entrar ni salir del cuarto de cultivo. Si hay fugas, perderás una potencia muy valiosa. Si se filtra dentro, podría interrumpir el ciclo de luz y oscuridad de tus plantas, lo que arruinaría toda la cosecha.
Los armarios de cultivo vienen sellados y recubiertos de un material reflectante. Si vas a usar una habitación, píntala de blanco o fórrala con algo que refleje la luz (plástico panda, etc.). Una mayor reflexión se traduce en menos electricidad.
Paso 3: Monta tu cuarto de cultivo de marihuana
Deberás decidir qué hacer con tu espacio. ¿Vas a usar toda la habitación? ¿Vas a colocar en ella un armario de cultivo? ¿O vas a transformar un armario ropero u otro espacio pequeño? Cada una de estas opciones tiene sus propias ventajas e inconvenientes. Un cuarto de cultivo grande se traduce en unas cosechas más abundantes y en un acceso más fácil, pero requiere de una inversión mayor y es más difícil de gestionar. Los espacios pequeños son económicos y eficientes, pero pueden acabar atiborrados y limitar la producción.
Por eso recomendamos los armarios de cultivo como término medio ideal. Pero, en última instancia, todo dependerá de lo que tengas disponible y lo que esperes conseguir.
Montaje completo del cuarto de cultivo
Si tienes mucho espacio libre, un buen presupuesto, y ganas de conseguir cosechas enormes, puedes convertir una habitación entera en tu plantación. Aunque esto supondrá bastante trabajo, los resultados serán excepcionales.
Como regla general, necesitarás una lámpara de cultivo (lámpara + balasto + reflector) por cada 1,2m². Si tienes un cuarto enorme, considera la posibilidad de llenarlo con varios armarios de cultivo. De esta forma, será más eficiente y te permitirá llevar a cabo varios cultivos en distintas fases de forma simultánea.
Un cuarto dentro de un cuarto (armario de cultivo)
Lo que nos lleva a los armarios de cultivo, que son la forma más fácil de cultivar marihuana para un principiante. Debido a que han sido diseñados para que no haya fugas de luz, están térmicamente aislados y vienen con un equipamiento ya instalado, te facilitarán mucho las cosas.
Hay muchas opciones asequibles y listas para usar. Pero, si tienes un presupuesto ajustado, o simplemente te encanta el bricolaje, puedes construir tu propio armario de cultivo.
Espacio transformado (alacena)
Salvo que sea lo único que tengas disponible, no te recomendamos usar un espacio tan pequeño. La acumulación de calor puede ser un problema, así como alcanzar una cosecha madura.
Si utilizas este método, elige luces frías y de baja potencia (como LED o CFL) y asegúrate de contar con un buen sistema de ventilación que proporcione aire fresco y elimine el aire viciado. De lo contrario, vas a tener muchos problemas.
Paso 4: Iluminación del cuarto de cultivo
Todos sabemos que las plantas de marihuana necesitan una iluminación muy concreta, lo que puede ser bastante desalentador. Si no les proporcionas el espectro adecuado en el momento justo, podrían verse seriamente afectadas.
Un sistema de iluminación consta de una lámpara (para producir la luz), un balasto (para suministrar la potencia correcta) y un reflector (para dirigir toda la luz hacia las plantas).
En un cultivo pequeño, será suficiente con una lámpara. Aunque, dependiendo del presupuesto, es posible que también quieras añadir iluminación suplementaria.
Paredes reflectantes en el cuarto de cultivo
Tu espacio de cultivo necesita unas paredes reflectantes, o de lo contrario, desperdiciarás mucha luz. Si decides usar un armario de cultivo, no tendrás que hacer nada. Pero si vas a transformar otro espacio, deberás hacerlo tú mismo/a.
Los tres mejores materiales para revestir las paredes son:
• Mylar Diamond: 90-95% de reflectividad. Conserva tanto el calor como la luz.
• Plástico blanco y negro: 85-95% de reflectividad. La parte interior blanca refleja la luz, y la parte externa negra bloquea la luz de fuera. Es más barato que el Mylar, pero su principal inconveniente es que puede derretirse con el calor.
• Pintura de látex blanco mate: 80-90% de reflectividad. Es la opción más barata, y excelente para espacios grandes. Un detalle que hay que tener en cuenta es que la pintura mate refleja la luz mejor que la brillante.
Independientemente de la pintura que elijas, asegúrate de que quede tersa. Los bultos y protuberancias reducirán mucho la reflectividad.
Diferentes opciones de iluminación para el cuarto de cultivo
Hay varias opciones distintas para la iluminación, lo que puede resultar un poco abrumador. A continuación, vamos a ver todos los tipos de luces para que decidas cuál es la que mejor se adapta a tu cultivo.
Luces HID
Las luces HID son la forma de iluminación más habitual en los cuartos de cultivo de cannabis. Son potentes y eficaces. Están disponibles como lámparas de sodio de alta presión (HPS), de halogenuros metálicos (MH), y de halogenuros metálicos de cerámica (CMH: que combinan elementos de MH y HPS), y son una opción muy fiable.
Sin embargo, las luces HID producen mucho calor, lo que puede hacer que sean difíciles de manejar. En primer lugar, un calor excesivo perjudicará a las plantas. En segundo lugar, el calor que se escape podría revelar la existencia de tu cultivo. Y en tercer lugar, podría provocar un incendio.
Dicho esto, si cultivas durante el invierno o en un clima frío, este calor puede ser algo bueno; aunque en verano será una complicación.
Por lo tanto, si optas por las luces HID, asegúrate de tener una buena ventilación y un sistema de control de temperatura preciso.
Luces de cultivo LED
Los LED son una opción relativamente nueva en el mercado de las luces de cultivo para el cannabis. Producen mucho menos calor que las HID, lo que facilita el mantenimiento de una temperatura más baja y controlada.
Aunque son más caras, su funcionamiento resulta más barato, y duran mucho más tiempo. A la larga, salen muy rentables.
Otro aspecto de los LED es que las opciones baratas no emiten un espectro completo de luz, lo que perjudicará a tus plantas. Así que, si eliges los LED, gástate lo suficiente para conseguir un espectro completo. La ventaja de estas luces es que puedes usar el mismo sistema para todo el cultivo, ya que cubren tanto la fase vegetativa como la floración.
Lámparas fluorescentes
Las luces fluorescentes son baratas y frías, y además son estupendas para los cultivadores novatos. Pero tendrás que cambiarlas entre la etapa vegetativa y la floración, ya que emiten un espectro de luz limitado. Además, como su potencia en vatios es menor que en las otras opciones, producirán cosechas más pequeñas. También deben sustituirse con más frecuencia que las otras.
Dicho esto, podrían ser la opción ideal para el cultivador novato que está empezando. Y tampoco hay que pasar por alto su bajo precio. Además, con un sistema adecuado, podrás maximizar el rendimiento luminoso y apenas notarás la diferencia.
Paso 5: Intercambio de aire en el cuarto de cultivo
Las plantas necesitan un suministro constante de aire fresco para mantenerse sanas. Si dejas que permanezcan en un ambiente cálido y húmedo sin renovar el aire, pronto serán atacadas por plagas y enfermedades. Además, una ventilación adecuada es fundamental para evitar que se acumule el calor.
Cómo ventilar el cuarto de cultivo
Todos sabemos que las plantas respiran dióxido de carbono, pero también necesitan oxígeno. Las partes que no realizan la fotosíntesis (por ejemplo, las raíces) precisan de oxígeno. Un exceso de dióxido de carbono también puede ser perjudicial, por lo que la entrada de aire fresco ayuda a mantener un nivel adecuado.
Los armarios de cultivo vienen con puntos de entrada y salida para pasar los conductos; normalmente, pasas el conducto por el agujero de salida para hacer un sistema de extracción. Si vas a montar tu propio espacio, tendrás que hacerlo tú mismo/a. Deberás colocar el extractor en el centro del conducto, para que haga entrar el aire fresco y expulse el aire viciado.
Filtro de carbono en el cuarto de cultivo
La ubicación del filtro de carbono dependerá de tu cultivo. En general, se coloca cerca del techo; pero, si tu cultivo es muy pequeño, tal vez quieras ponerlo fuera del armario. En ambos casos ayudará a controlar el olor, haciendo que la plantación sea más discreta y evitando que tu casa huela a hierba todo el tiempo.
Cómo garantizar el mejor ambiente en un cuarto de cultivo
Como a todo el mundo, a las plantas de marihuana les gustan los ambientes ideales. Aunque suelen ser robustas y son capaces de producir cosechas en condiciones desfavorables, para conseguir los mejores resultados deberás optimizar el entorno. A continuación te proporcionamos los parámetros de temperatura y humedad ideales para tu cultivo en interior.
¿Cuál es la temperatura ideal para un cuarto de cultivo?
El tipo de cuarto de cultivo determinará la temperatura. Lo ideal es que sea de unos 20-30°C.
Pero, para conseguir los mejores resultados posibles, deberá haber una temperatura de 25°C durante el día y de 17-20°C por la noche.
¿Cuál es el mejor nivel de humedad para un cuarto de cultivo?
Un aire demasiado seco hará que tus plantas pierdan humedad, algo que no podrás compensar con un riego excesivo, ya que ahogaría las raíces. Por lo tanto, tendrás que mantener una humedad adecuada. La cepa en cuestión determinará el nivel de humedad que puede tolerar. Las índicas suelen soportar condiciones más secas, y las sativas una humedad alta. Las plantas autoflorecientes con genéticas ruderalis son generalmente más robustas y toleran mejor las humedades bajas.
Estos son los rangos óptimos para las diferentes etapas:
• Plántulas: 65-80%
• Etapa vegetativa: 55-70%
• Floración: 40-50%
Seguridad en el cuarto de cultivo
Mantener limpio el cuarto de cultivo es sumamente importante. Sobre todo, para evitar la aparición de plagas y hongos, ya que pueden ser devastadores para el cultivo y arruinar meses de trabajo. Este problema se evita con una limpieza frecuente.
Pero también hay que hacerlo por seguridad, ya que, en general, habrá un montón de agua y electricidad en un espacio pequeño. Para evitar que se produzcan descargas e incendios, el orden y la limpieza son fundamentales. A la larga, merecerá la pena eliminar los riesgos de tropiezos, las cosas inflamables y los derrames.
Además, cuando las plantas sean grandes y frondosas, quedará muy poco espacio. Deshacerte de lo que no sea estrictamente necesario te hará la vida mucho más fácil. No querrás llegar a la floración, tropezarte con un cable y aplastar tus plantas.
Consejos esenciales para cultivar marihuana en interior
Casi hemos terminado. Para acabar, te dejamos con unos consejos que te ayudarán a sacar el máximo partido a tu cultivo interior.
• Elige la luz de cultivo adecuada: no escatimes en iluminación. Investiga un poco y compra unas luces de cultivo que ofrezcan a tus plantas todo lo que necesitan, aunque cuesten un poco más.
• Genera puntos de floración extra: con un poco de entrenamiento y estrés, podrás hacer que tu planta produzca muchos más puntos de floración, con lo que conseguirás más cogollos.
• Elimina las plantas hermafroditas y machos: las plantas macho no deberían ser un problema si compras semillas feminizadas. A veces, las plantas hembra presentan rasgos hermafroditas si se han estresado mucho. Es algo interesante, pero muy molesto cuando buscas una cosecha de calidad. Para comprobar el sexo de tus plantas, fíjate en el lugar en el que la rama se une al tallo. Las plantas hembra desarrollarán pistilos, y las macho, sacos de polen. Las hermafroditas producirán lo que comúnmente se conoce como “plátanos”, que es lo que utilizan para polinizarse a sí mismas. Elimina todo lo que tenga sacos de polen tan pronto como aparezcan. Si polinizan a las hembras, la viabilidad del cultivo se reducirá drásticamente.
• Aprende sobre fertilización: las plantas necesitan diferentes nutrientes en distintas etapas. Saber sobre este tema te permitirá maximizar tu cosecha.
• Identifica enfermedades y plagas: unas hojas descoloridas, marchitas o con manchas negras son señales de que hay un problema. Aprende qué significan los distintos síntomas y cuál es la mejor manera de combatirlos.
• No se lo cuentes a nadie: la marihuana sigue siendo un tema controvertido, por lo que no querrás llamar la atención. No importa el orgullo que sientas de tu cultivo, mantenlo en secreto. Acabarás por agradecerlo.
• Cuida de tus plantas. Si cultivas tus plantas con cariño y les dedicas el tiempo y la paciencia que necesitan, todo irá bien. Tómate tu tiempo, investiga y no hagas las cosas a medias, y tus plantas te recompensarán.